Primera cita - campamento - Parte 3
Fecha: 23/03/2020,
Categorías:
Infidelidad
Autor: johna.2012, Fuente: CuentoRelatos
... tenía idea de que a mí también me gustaban los hombres
―Sí, pero es algo nuevo para mí… tú fuiste mi primera vez ―dije, sintiéndome algo avergonzado a hacerle esa confesión.
―¿En serio? Wow… Nunca lo hubiera imaginado… te vez tan… hetero…
No supe si tomar eso como un cumplido o como una crítica, así que sólo atiné a sonreír.
Ambos nos quedamos en silencio por un momento y luego Pablo me besó de nuevo, deslizando con su suavidad sus labios sobre los míos, jugando con su lengua, muy suave y sensualmente.
No había duda, Pablo era un excelente besador.
―Entonces si me la meterás de nuevo, ¿no? ―susurró en mi oído, encendiéndome nuevamente.
―Claro que sí, no estoy loco para dejar escapar tremendo culo. Me encanta…
Pablo se excitó con mis palabras y empezó a besarme con más pasión, mientras recorría con sus manos mi entrepierna.
Pero el sonido de pasos acercándose hacia la puerta de la cabaña nos alertó, haciendo que nos separáramos de inmediato. Unos segundos después Jordán entró por la puerta, seguido por Cristian y Arturo, quienes no lucían nada contentos.
―¿Cómo les fue? ―pregunté, tratando de disimular mi nerviosismo.
―El maldito nos hizo cargar baldes enormes de agua… me duelen mis brazos horrible ―se quejó Cristian, dejándose caer sobre su cama.
―Estoy exhausto ―suspiró Arturo, dirigiéndose hacia el baño.
Ahora que todos se encontraban en el cuarto, y despiertos, no me atrevía a volver a hablar con Pablo, y mucho menos con Jordán, ...
... así que traté de concentrarme en otras cosas, para dejar que el tiempo pasara.
A las seis en punto, el director volvió a nuestra cabaña para escoltarnos hasta la cena y asegurarse de que no nos escapáramos.
Los cinco nos vimos obligados a sentarnos juntos, con el director rondándonos cada cinco minutos, lo que causó un silencio sepulcral en aquella mesa. No sé si fue por la presencia de Jordán o por la mirada que el director nos mandaba cada vez que pasaba, pero todos lucíamos muy incomodos.
Luego de la cena, todos nos quedamos lavando platos y ollas, pero como Cristian, Arturo y Jordán ya habían ayudado temprano a cargar agua, el director nos obligó a Pablo y a mí a quedarnos hasta el final, limpiando la cocina también, después de que todos ya se habían retirado a sus cuartos.
―Esto es inhumano… más parece una prisión que una escuela ―se quejó Pablo, mientras trapeaba el suelo de la cocina.
―Recuérdame darle un lapo a Arturo si se le ocurre otra brillante idea como la de anoche.
―Ni siquiera me acuerdo de lo que pasó anoche ―continuó Pablo―, sólo me quedó la resaca.
Entonces el director entró en la cocina, seguido de cerca por Ángel.
―Uno de ustedes venga conmigo ―dijo y luego nos miró a ambos, esperando que alguno se ofreciera, pero como ninguno lo hizo, molesto levantó su mano y señaló a Pablo ―Tú, ven conmigo. Me ayudarás a llevar las bolsas de basura hasta el contenedor.
Pablo no se quejó, pero la expresión que tenía en su rostro hablaba por si ...