Primera cita - campamento - Parte 3
Fecha: 23/03/2020,
Categorías:
Infidelidad
Autor: johna.2012, Fuente: CuentoRelatos
... poniéndose de pie.
Sin perder tiempo me arrodillé frente a él y de un tirón le bajé los shorts que llevaba puestos, dejando al descubierto su enorme verga, jugosa y caliente.
Mi corazón empezó a latir con gran rapidez al tener aquel pedazo de carne frente a mi rostro, parecía que iba a desmayarme de tanta emoción.
Sin querer hacerlo esperar, me metí su enorme pene en la boca, o lo que alcanzaba, y empecé a chuparlo y a lamerlo con gran esmero, tratando de darle todo el placer que él me acababa de dar en mi culo.
Pero para Ángel mis esfuerzos no fueron suficientes y luego de unos segundos sujetó con fuerza mi cabeza y empezó a penetrarme la boca con fiereza, sin importarle que estuviera casi asfixiándome.
Su pene era enorme y con lo rápido que se movía no me daba oportunidad de respirar, además de que mi garganta se encontraba totalmente llena por aquella enorme verga.
Por más que quise aguantar un poco más, no pude y terminé tirándome para atrás con fuerza para liberarme de las manos de Ángel, quien no se vio muy contento por ello.
―Ven ―ordenó, extendiéndome la mano para ayudarme a levantar.
Aún algo asustado, le extendí mi mano y él tiró de mí con fuerza hasta hacerme parar, luego me dio vuelta y me puso contra la cocina.
―Espera ―dijo y luego fue hasta el otro lado de la cocina y trajo una silla y la puso junto a mí. ―Sube tu pierna aquí ―ordenó.
Yo sólo me dediqué a obedecer a lo que él me decía, aunque aún no se si fue por miedo o por ...
... excitación.
Entonces Ángel empezó a comerme el culo nuevamente, regresándome a aquel estado de euforia en el que me había tenido hace unos momentos, haciendo que olvide por completo todo lo demás.
Mi cuerpo temblaba al darme cuenta de lo que estaba a punto de suceder… Estaba a punto de probar mi primer pene ¡Ángel me iba a penetrar! Me iba a meter su pene en mi culito y por fin conocería ese placer que tanta curiosidad me causaba.
Preocupado porque alguien entrara a la cocina, empecé a recorrer con la mirada todo el lugar, atento a cualquier señal de que alguien se acercaba. Fue allí cuando vi mi reflejo en una bandeja de metal que se encontraba colgada del techo.
Me encontraba con un pie en el suelo y el otro sobre una silla, inclinado hacia el frente y con el culo levantado para que mi amante pudiera disfrutar de él.
A pesar de que la imagen era muy excitante, también me hacía sentir como una puta, abierta y lista para ser penetrada por su marido.
―Muy bien, putito―dijo Ángel, despegando su cara de mi culo―. Ahora si te la voy a meter toda ―amenazó y luego pude sentir la cabeza hirviendo de su pene apretarse contra mi agujero.
Mi corazón empezó a latir con fuerza al sentirlo a punto de entrar. Mi cuerpo temblaba de la emoción y del miedo.
Entonces un ruido fuera de la cocina nos asustó a ambos y a la velocidad del rayo nos vestimos y salimos del lugar como si nada hubiera pasado.
―¿Aún sigues aquí? ―preguntó el director al vernos salir de la ...