1. Seres irracionales


    Fecha: 02/04/2020, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo1, Fuente: CuentoRelatos

    —¿Un parque? pensé que íbamos a hacer algo divertido —Daisuke se paró en el borde de un campo de arena con un columpio medio viejo y un asiento de madera en medio de un parque metiendo la punta de su zapato en ella como si pensara que podría no ser sólido debajo, Ken sonrió sintiéndose cómodo en el lugar donde estaba, hoy era una buena tarde en la calle y los dos estaban libres de toda tarea, hoy el plan tranquilo lo había elegido Ken.
    
    —Esto es divertido. Vamos, no he estado en columpios desde hace muchisimos años —Empujó gentilmente a Daisuke ignorando el suave resoplido de la exasperación.
    
    —Seguramente habrá una razón para ti, pero ambos somos demasiado grandes para esto.
    
    -Será divertido, me gusta la tranquilidad que este parque me transmite —No volvió a decir más y sonrió para sus adentros cuando escuchó el suave crujido de pisadas sobre las astillas de madera que venían por parte de su chico.
    
    Estaba oscuro y en algún momento de la tarde las farolas se encendieron lanzando círculos de luz amarillo-blanco impares, rodeados por capas de sombras que se hicieron más profundas cuanto más se extendían. Aquí y allá un grillo cantaba suavemente, y la luna y las estrellas estaban borrosas y oscuras sobre ellas, ocultas por nubes aleatorias que avanzaban en un silencio apacible.
    
    Ken se sentó en un columpio y escuchó la extraña melodía de cadenas que crujían bajo su peso, y las empujó hacia atrás lo suficiente para hacerlas crujir un poco más. Era una melodía rara, ...
    ... pero a él le gustaba. Cerró los ojos y vibró junto al sonido, deteniéndose cuando un objeto sólido bloqueó su movimiento hacia adelante.
    
    —Eres raro —le dijo Daisuke sonriendo, sus dedos envolviéndose alrededor de Ken, alrededor de las cadenas de los columpios.
    
    —Me amas, a mi y a mi rareza —respondió él, sonriéndole al chico que estaba en frente suyo
    
    —Demasiado, cabrón —Daisuke se acercó y Ken se movió, dejando espacio entre sus piernas para que Daisuke se acercara todavía más a él y rodearle con sus piernas.
    
    —Me encanta este lugar y este momento —dijo en voz baja, con los ojos azules ahora oscuros en la penumbra, Daisuke miró su labio inferior entre los dientes y tuvo el agradable impulso de acercarlo más y morderle aquel labio con mucho amor
    
    —Imagina poder hacerlo aquí, Daisuke —Volvió a decir pero en un tono de voz muy sensual, Su propio estómago se tensó cuando dijo esas palabras; La emoción, la anticipación, la aprensión, todos se enroscaron juntos.
    
    —Yo… —Daisuke se mordió el labio más fuerte, ¿Qué pasa si... qué pasa si no... no podemos... y si a nuestros deseos sexuales hacen que... nos descubran? estás demasiado bueno ahora mismo, mirandome con esos ojos libidinosos —Dijo mirandole a los ojos
    
    —Está bien. Estamos bien —Ken sacó una mano de debajo de Daisuke y extendió la mano para ahuecar su rostro, el pulgar sobre su mandíbula, luego sus labios, burlándose de la costura entre ellos, Daisuke suspiró y la punta de su pulgar se deslizó entre los cálidos ...
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