1. La fantasía de mi marido


    Fecha: 25/09/2017, Categorías: Anal Autor: Samantha Maggie, Fuente: CuentoRelatos

    ... hora en la playa. Ninguno de los dos nos habíamos quitado la ropa para coger y cuando la calentura nos llevó al balcón, mi marido me tenía inclinada contra el barandal y me penetraba desde atrás mientras yo me levantaba la falda y le ofrecía mi culo alzándolo tanto como podía.
    
    —¿Te gusta mi nuevo vestido, mi amor? —Le pregunté mientras él me penetraba.
    
    —Te ves riquísima, Dalia. Hiciste que la tuviera parada toda la noche solo de verte —Me contestó mi amoroso marido.
    
    Yo sabía que su mirada había estado más ocupada en el escote y las fabulosas piernas de Rebeca, pero le agradecí sus palabras. Y es que aunque Ramón es un tipo discreto, durante la cena le resultó imposible no echar varios vistazos al cuerpo de su futura comadre y no lo culpo, si Rebeca fuera menos inocente sería capaz de volver loco a cualquiera.
    
    Mientras mi marido me atravesaba frenéticamente haciendo chocar mis nalgas contra su cuerpo, pensé en lo mucho que le hubiera gustado al pobre echarle mano a la mujer de su amigo, de sentir las redondas y firmes tetas de Rebeca aunque fuera un momento, así que llevé las manos de Ramón a mis senos.
    
    —Estas son para ti, papito —Le dije metiendo sus manos bajo mi vestido en mi busto. Y Ramón comenzó a jadear, próximo a eyacular.— Vente todo, papi. Relléname —Gemí, imitando lo mejor que pude la dulce voz de Rebeca y viendo lo mucho que eso prendía a mi esposo, suspiré de nuevo con voz de nena— Me duele, papi. Pero no pares… No pares.
    
    Parecía que nuestra ...
    ... vida sexual retomaba su frecuencia, pues durante el fin de semana que pasamos con los recién casados, Ramón y yo tuvimos sexo varias veces por día. Y así seguimos por un tiempo luego del viaje, hasta que otra vez nuestros encuentros se volvieron esporádicos.
    
    Cuando Rebeca cumplió seis meses de embarazo, organicé un “baby shower” en mi casa. Mi hija Tatiana estaba encantada y se encargó de adornar la sala y preparar los bocadillos. Cuando Rebeca llegó a mi casa, quedé maravillada con lo guapa que le hacía ver su embarazo. Además, se notaba que sus senos estaban listos para amamantar, pues si de por sí eran grandes, ahora lo eran aún más.
    
    Pasamos la tarde con los juegos típicos del evento. Los únicos hombres que estarían presentes serían mi marido y Eduardo, quienes ya entrada la tarde, desaparecieron y no volvieron hasta la media noche, algo alegres por lo que se habían escapado a beber.
    
    —Compadre. Mejor quédense en la casa. Ya es tarde y además así podemos pasar otro rato todos juntos ¿Qué dices? —Propuso Ramón y ellos aceptaron la invitación a pernoctar en nuestra casa.
    
    Estuvimos platicando y bebiendo hasta la madrugada junto a Tatiana, mi hija, que tiene edad suficiente para consumir alcohol.
    
    Luego de divertirnos con mis futuros compadres, mi marido y yo nos fuimos a la cama. El beso de buenas noches que acostumbramos, se convirtió rápidamente en un intenso manoseo.
    
    —Déjame mamarte, Dalia —Me pidió mi marido entre beso y beso. Yo me quité la ropa y me acomodé ...
«1234...9»