1. La historia de Claudia (9)


    Fecha: 06/04/2020, Categorías: Gays Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... para avisarle que iba a cenar con el gerente de ventas de la empresa y que por tanto volvería tarde.
    
    -Mirá cómo me saluda ella y después hacelo vos. –le dijo a Laura apenas cerró la puerta de calle. Claudia se arrodilló y le besó la mano. La rubiecita la imitó y una vez en el comedor Blanca las hizo desnudar, puso sobre la mesa el collar y los recipientes que Laura había traído, se las llevó al baño y preparó todo para depilarles la concha. Las hizo acostar de espaldas en la bañera, con las piernas flexionadas y bien abiertas, primero a Claudia, que le costó más trabajo por la abundancia y espesor de su vello púbico, y luego a Laura, con la que terminó rápidamente porque tenía una vellosidad escasa y suave.
    
    -En esas conchas van a llevar mi marca dentro de pocos días. –les dijo con una sonrisa perversa mientras se las llevaba al comedor. Claudia se dio vuelta y abrió la boca como para decir algo, pero se lo impidió con tono severo:
    
    -Al menor ladrido te dejo el culo ardiendo a rebencazos. -le dijo amenazante y la joven prefirió guardar silencio. Laura miró su entrepierna y pensó: "Me gusta el cambio... empiezo a dejar de ser la hija ignorada por sus padres... empiezo a ser otra cosa... empiezo a ser una sumisa de la señora Blanca... empiezo a ser algo..."
    
    Una vez en el comedor hizo poner a Claudia en cuatro patas y a Laura inclinada sobre la mesa, y se encaminó hacia el dormitorio advirtiéndoles: -Quietas ahí.
    
    -Sí, señora. –respondieron ambas casi al ...
    ... unísono.
    
    Cuando regresó al comedor lo hizo desnuda con zapatos negros de taco alto, el arnés colocado y sofocada de calentura por el dildo posterior que llevaba metido. Portaba el rebenque y en la mano izquierda un largo pañuelo negro con el cual vendó los ojos de Claudia.
    
    Entonces, muy cachonda, se dispuso a someter a Laura, cuyo culito miraba codiciosamente. Puso sus manos en ambas nalgas y le dijo:
    
    -A ver si tenés buena memoria, perrita. ¿Le pertenecés a tus padres?
    
    -No, señora... –contestó Laura.
    
    -¿Te pertenecés a vos misma?
    
    -Tampoco, señora...
    
    -¿A quién le pertenecés?
    
    -A usted, señora...
    
    -¡Perfecto, perrita!... claro que sí, todo tu ser es mío, tu cuerpo, tu mente, tu voluntad, tu futuro... ¡todo!
    
    -Sí... sí, señora, sí... nada de lo mío me pertenece... ¡Soy toda suya!... Haga... haga conmigo lo que usted quiera...
    
    Claudia, cegada por el pañuelo que cubría sus ojos, seguía el diálogo excitada y un poco celosa a la vez. Había sido la primera perra de la señora y por un momento temió que Laura la relegara. Sin embargo, nada de eso pasaba por la mente de Blanca, que seguía considerando a su ex patroncita, ahora totalmente en su poder, como un muy preciado botín. Iba a someter a la rubiecita por el culo mientras Claudia se encargaría de lamerle el suyo. Con ese propósito fue hasta ella, se la puso detrás, le aplastó la cara contra sus nalgas portentosas y le dijo:
    
    -Quiero tu lengua de perra lamiéndome el culo... ¡Vamos!...
    
    Claudia respiró hondo ...