1. UNA LINDA HISTORIA 3


    Fecha: 06/04/2020, Categorías: Incesto Autor: memito, Fuente: SexoSinTabues

    ... perfectamente que estás allí. Dos, busca el sabor del cuerpo de Pamela, el tacto de sus labios, de sus senos, cómo es de dulce su lefa… Sabes perfectamente lo que ocurrirá entre ellas y yo sé las ganas que tienes de verlo. Busca todo eso con tu mente, imagínate que estás allí; conviértete en un invisible espectador, en un mudo testigo de su lujuria… cierra los ojos… imagina que bajas las escaleras, que caminas por el pasillo… te detienes ante la puerta… entras en silencio… ¿Qué están haciendo? Me es muy fácil seguir sus indicaciones, como si fuera lo más natural del mundo. Enseguida me viene a la boca el sabor de mi hermana, salado, con un regusto a lima, fruto de su desodorante. El calor que emana de ella, diferente en distintos puntos de su cuerpo. El aroma que desprende al excitarse. Recreo sus suaves quejidos, en los que intenta condensar inútilmente cuanto siente… Rasputín tiene razón. Toda esa información no la puede analizar otro humano que no sea yo. No sé como funciona, pero lo hace. Me encuentro empujando la puerta de su habitación. Mi cuerpo está allí, pero, al mismo tiempo, no lo está. Puedo visionarlo, casi traslucido, etéreo, cual fantasma imaginario, pero con la suficiente sustancia como para poder girar un picaporte, aunque sea en mi imaginación. ¿Será esto lo que llaman un viaje astral? Las chicas ya están bajo las mantas y están de costado, mirándose. La lámpara que le regalé a mi hermana hace dos años, un auténtico candil árabe reacondicionado a luz ...
    ... eléctrica, está encendida, colgando sobre el cabecero. Me quedo a los pies de ellas, ingrávido. El placer de espiar me embarga. ― Creo que no has contado todo lo que pasó esta tarde – la pincha mi hermana. Maby abanica con sus párpados. Sus ojos celestes chisporrotean, alegres, y abre su boquita como si estuviera sorprendida. De repente, se queda seria y baja la mirada. ― ¿Sabes que me da miedo tu hermano? – musita. ― ¡Venga ya! – exclama Pam, con una risita. ― En serio. Cuando estoy con él, mi cerebro se bloquea. No puedo pensar. Solo hago que mirarle y escucharle, como una boba. ― Vaya… mi hermano, el gurú – se asombra Pam. No sé si esta vez es de broma. ― ¡No me digas que no has notado su fuerza, y no me refiero solo a la física! ― Bueno, si, pero… ― Hoy le he visto cortarle el cuello a ese ternero, con absoluta tranquilidad, convencido de que estaba haciendo lo correcto, y ni siquiera protesté. ¡Yo, que he participado en protestas y revueltas en contra de los mataderos! Su mano no tembló, ni sus ojos no se cerraron en el momento de asestar la cuchillada. Me quedé aterrada por su frialdad. Solo pude taparme la boca. Lo hizo rápido y limpio, de forma eficiente, y, enseguida, dispuso los pasos siguientes. Subir la res a la camioneta, llevarla al veterinario, avisar al matarife… ¿Sabes que movió, él solo, el ternero? ¡Pesaba por lo menos 150 Kg! ― Sergi es un burro. Papá siempre le está regañando por hacer esas cosas. ― No es un burro, Pamela, es otra cosa. Tú mejor que nadie sabes ...
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