1. UNA LINDA HISTORIA 3


    Fecha: 06/04/2020, Categorías: Incesto Autor: memito, Fuente: SexoSinTabues

    ... que, a veces, me muevo en círculos extraños… ― Si, y me preocupa – le dice Pam, cogiéndola de la mano. ― He visto a duros guardaespaldas – continua Maby, sin hacerle caso. – Les he visto entrenando y he visto proezas de todo tipo, apuestas, y burradas. Tíos tan grandes como Sergio, con cuerpos cincelados, levantando pesas y hasta moviendo pianos… No, ni comparación con lo que he visto hacer a Sergio. Tiró de una cadena que sujetaba a un ternero muerto, con el cuerpo desplomado. Ni siquiera disponía de una polea para compensar el peso. Lo hizo directamente, con todas las trabas que supone el arrastrar la cadena por la chapa de la camioneta, sin apoyo para los pies, ¡y de dos tirones, subió el bicho! Compruebo también la sorpresa en los ojos de Pam. No he pensado en cómo pudo ver aquello Maby; lo hice y punto. ― ¿Y por eso te da miedo? ― Me da miedo porque no he conocido a nadie como él – se detiene y lame sus secos labios –, porque temo enamorarme de él. Tiene algo que me embruja. Pam se muerde el labio. Creo que no se esperaba tal velocidad en los hechos. No sabe muy bien cómo actuar. ― ¿Y eso te parece malo? – le pregunta a Maby Maby asiente. Sus ojos parecen preocupados, clavados en los de mi hermana. ― Esta tarde he hecho algo que nunca hice antes – confiesa. ― ¿El qué? – pregunta Pam. ― Pensar en el futuro. ― Joder. ― He pensado que si me enamoro de él… ¿qué pasaría? Tengo una tremenda sensación de que sería algo fuerte y sincero, más duradero de lo que conozco, y ahí ...
    ... está la dificultad. Trabajo en Madrid, me muevo por toda España. ¿Qué sería de una relación condenada a unos pocos fines de semana cada dos o tres meses? ¿Tendría que venir yo a la granja? ¿Podría escaparse él a Madrid o a otra ciudad? ― Tienes razón. Es algo para pensar. Tú aún eres menor de edad y él también. Como se desmadra la niña. Aún no me ha besado siquiera y ya está pensando en pedir mi mano. Pero tengo que reconocer que lleva razón, y, para ser Maby, lo ha pensado muy bien. Cada vez me cae mejor la niña, a pesar de que es vegetariana. ― Creo que Sergio es un incomprendido – comienza a hablar Maby, tras un silencio. – Ni su familia le entiende. ― ¿Por qué dices eso? ― Le pregunté sobre lo del chico de la estación. Me dijo algo sobre el colegio, una tontería, según él. ¿Lo pasó mal en el colegio, Pamela? Mi hermana asiente y desvía la mirada de su amiga. Aunque Pam es apenas un año mayor que yo, nunca supo protegerme. Veía como los compañeros suyos se metían conmigo y me humillaban, como me convertía en el hazmerreír de todos los recreos, y apartaba la mirada, igual que hace ahora. Miraba a otro lado, fingiendo no ver lo que me ocurría, demasiado preocupada por su popularidad, por lo que pensarían sus amigas si me defendía. Nunca la he culpado por ello. La comprendo. Tenía demasiado que perder, pero eso no quita que ella tenga remordimientos ahora. Pam se muerde el labio con más fuerza. Maby le acaricia la mejilla. ― ¿Qué pasa, Pamela? Suéltalo. ― Le llamaban el Chico ...