1. Mosquita muerta


    Fecha: 07/04/2020, Categorías: Gays Autor: XAVIA, Fuente: CuentoRelatos

    ... apetitosas tetas de aquella zorra que se mecían al ritmo de una respiración endiablada. Le faltaba un último empujón y se lo di.
    
    -La chupa de vicio. Sólo tiene que darle la vuelta al coche y bajarse la cremallera. Nadie se va a enterar. Venga, vale la pena. ¿A quién le amarga un dulce?
    
    El agente se irguió, mirando a ambos lados de la calzada, pero estábamos en una zona muy tranquila, al lado de un parque, pasada la media noche, así que era difícil que alguien se diera cuenta de lo que estábamos haciendo.
    
    Mientras rodeaba el coche por detrás, María preguntó con un hilo de voz, ¿quieres que se la chupe? La miré tomando la fusta para acariciarle con ella los pezones. Cerró los ojos reanudando los gemidos.
    
    -Quiero que se la chupes. Pero no quiero que te tragues su semen. Hazlo por mí y te prometo que tendrás el mayor orgasmo de tu vida.
    
    En ese momento el policía apareció al lado de María. Abrió la puerta a la vez que se abría la bragueta del pantalón, de la que asomó un miembro muy blanco, ya enhiesto. Mi chica giró el cuerpo hacia él y, sin dudarlo, la engulló.
    
    Las manos del tío cobraron vida, sobándole las tetas, ansioso, mientras gemía al ritmo de las succiones de la felatriz. Yo colaboré verbalmente, preguntándole qué tal, a que la chupa de vicio la niña de papá, sabiendo que mi lenguaje excitaba más a María que al poli, que también gemía desbocada.
    
    No duró ni dos minutos, pero berreó como un toro, agarrando a la chica del cabello para que no lo ...
    ... abandonara en el último momento. María esperó paciente a que el tío se retirara, cuando lo hizo le ordené mostrarme la simiente del hombre, que acababa de cerrar la puerta del coche dando por acabada la función.
    
    -Asómate para enseñárselo y se lo escupes en los zapatos. –Abrió los ojos sorprendida, pero se giró hacia él abriendo la boca, a lo que el agente le dijo algo tipo buena zorrita, no pude oírlo bien, y escupió, manchándolo completamente según me confesó.
    
    Arranqué quemando rueda, mientras me reía como un loco. Al aparcar en el parking del hotel, le acaricié la cara, lo has hecho muy bien hoy, estoy orgulloso de ti.
    
    Saqué la bola de un bolsito que llevaba en el maletero y se la puse. Me sorprendió que no hubiera cámaras en los accesos al alojamiento pero no vi, así que la llevé casi desnuda hasta la habitación, pues le había levantado la mini falda para mostrar sexo y nalgas y seguía con la blusa abierta, además de estar atada de muñecas y boca.
    
    Al entrar, la tiré sobre la cama ordenándole ponerse en posición. Se incorporó con dificultad, hasta que asentó las rodillas al filo del colchón quedando erguida. Tiré de la blusa pero no podía quitársela pues llevaba la muñequera de cuero atada a su espalda, así que hice un ovillo con ella alrededor de sus brazos, pues quería tener el máximo de carne disponible.
    
    Tomé la fusta y se la mostré. Jadeaba respirando profundamente. Se la tendí, delante de la cara. Lámela. La recorrió con los labios pues no podía sacar la lengua. ...
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