1. Fantasía cumplida. Sentirse en la piel de una puta


    Fecha: 09/04/2020, Categorías: Hetero Autor: Nazareno Cruz, Fuente: CuentoRelatos

    ... y tal vez por eso me trataba tan bien.
    
    Entramos en el cuarto, todo espejado, y se puso muy loco que me volvió a comer la boca otra vez. Luego pidió unos whiskys y mientras lo tomamos me pregunto – ¿Cuánto?
    
    —No sé qué quieres hacer? ¿Cómo lo quieres hacer?
    
    —Bueno, lo usual…
    
    —Ah, y con o sin…
    
    —Prefería sin, si me dejas.
    
    —Bueno entonces son… mil…? ¿Te parece?
    
    —Claro que sí…
    
    Justo cuando terminó de desnudarse, sentado en la cama me hizo señas de que hiciera lo mismo. Y comencé a desnudarme, bien despacio como para hacerlo calentar, aunque la tenía recontra bien parada, como un poste, y no la tenía nada chica, aunque más bien gordota como la tuya. No me presionaba, me estaba dejando hacer, seguro porque le dije que era primeriza.
    
    —Mamita, ¡qué buena estas! Hmmm, como te voy a coger mamita!
    
    Se arrodilló delante y terminó de bajarme la tanga, mientras metía su nariz entre los vellos y aspiraba mis aromas y lamia mis jugos, que brotaban a como una fuente.
    
    Me tendió en la cama, levantó mis piernas y se metió todo en mi entrepierna, con la boca chapaleando mis jugos que me hacía delirar, no podía hacer otra cosa que estrujarme los pechos y los gemidos se estaban transformando en aullidos de placer que Daniel agradecía lamiendo y mordiendo con más ímpetu, haciéndome vibrar como una licuadora.
    
    Hasta un orgasmo me saco el tipo, casi a mitad del segundo se detuvo para no dejarme terminar, lo hizo adrede, dijo que para reservarme cuando me la ...
    ... metiera. Me hizo arrodillar, señaló que lo mame, y le hice una mamada como esas que te vuelven loco, lamiendo desde abajo, despacio, y pajeando todo el miembro hasta llegar a la cabeza y meterla en la boca. Sabes lo bien que sé mamártela, bueno así se lo hice y hasta me la metí casi toda dentro de la boca, claro que me cuesta trabajo cuando es muy gorda para meterla dentro. Casi estaba por venirse, pero lo frené apretando la base de la pija, quería sentirla ya mismo dentro mío y si lo dejo venirse tardará un tiempo en recuperarse y mi calentura no podía darse ese lujo, mi calentura exigía acción y rápido.
    
    El tipo me levantó, volvió a comerme la boca y las tetas como un troglodita, no paraba de chupar y hasta morderme. Abrazada, me colocó frente al espejo, me hizo inclinar, con las piernas separadas y abiertas y se colocó detrás para ponérmela en la conchita.
    
    ¡Carajo! Fue como si hubiera adivinado que me gusta tanto, casi lo hizo del mismo modo que vos me coges, pero él me hizo poner las palmas sobre el espejo, quería verme y que me viera yo misma cuando me estuviera cogiendo. Quería ver la expresión transfigurada por la excitación de la cogida violenta y casi brutal del tipo. Me la metió con fuerza empujando con todo, como haces vos cuando te pones algo loco, también él se puso así y me hacía temblar y doler. Se movía con fuerza y vigorosamente, me hizo llegar dos veces.
    
    —Te gusta mamita?
    
    —Hmm… sí, pero… me duele…
    
    —Voy más despacio…
    
    —Noooo, seguí, seguí dame ...