1. Ya soy el puto del equipo (XIV)


    Fecha: 25/09/2017, Categorías: Confesiones Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... para acompañar a mi taita. Vaya usted tranquilo a su merecido descanso.
    
    — Mando un equipo para que le pongan orden…
    
    — No, no es necesario que somos dos para hacerlo, vaya y descanse.
    
    — Gracias, Doro, pasadlo bien.
    
    Como teníamos muy buen color, había que presumirlo, y nos pusimos un short jean cada uno y camiseta de tirantes como me gustan, bien sesgadas. Nos fuimos a pasear y a tomar un refresco. Nos sentamos en una terraza y pedimos dos pintas de cerveza glaciar y unos pescaditos fritos.
    
    — Hoy pagas tú, Abelardo.
    
    — Sí, ¿de dónde?
    
    — Sé que tienes dinero en el bolsillo, —extrañado metió la mano al bolsillo y encontró un pliego de billetes.
    
    — ¿Y esto?
    
    — Pregúntaselo a taita, ella sabe…
    
    — Tenemos que hablar de todo esto, yo no puede ser incómodo y…
    
    — Alto ahí, no lo eres, pasa página, mañana iremos a la casa de la playa, tú limpias la casa y yo me siento en un sillón, ¿te parece?
    
    — No estaría mal eso…
    
    — Estaría fatal, Abelardo, para todos ya somos como hermanos, enamorados o lo que quieran pensar, pero tú y yo somos la alegría para dos mujeres, para taita y para tu mamá. ¿Es así?
    
    — Lo es, Doro, lo es, eso se nota.
    
    — Pues vamos a poner orden, limpiar y pasamos unos dos días entre la limpieza y la playa, luego invitamos a unos cuantos del equipo de los que no salen a ninguna parte y pasamos allí unos cuatro o cinco días todos. Luego, bien pertrechados y elegantes vamos a ver a tu padre y hablas con él. Y nos queda el mes para invitar a ...
    ... tus hermanos a venir a la casa de la playa algún día, si lo deseas o a otros amigos que tengas y que les gustaría.
    
    Nos pusimos de acuerdo con el plan, justo en un momento que por casualidad pasaba por allí Mauricio. Nos había visto y vino a saludarnos, le hicimos sentar y pedimos una cerveza para él, le pidió al camarero que sea solo una caña. Abelardo le preguntó qué pensaba hacer en julio y contestó:
    
    — Morirme de asco en la ciudad, acercarme algún día por la playa, tomar el sol y siempre igual…
    
    — ¿Conoces alguno del equipo que le pase como a ti, que no salga a ningún lugar?
    
    — Sí, justo acabo de ver a Marcelo y me ha dicho que hemos tenido suerte este año por los días que hemos pasado en la finca de Doro, porque ahora ya, ciudad, ciudad y más ciudad.
    
    — Nosotros nos vamos mañana a mi casa de la playa a poner orden unos dos días, así, una vez listo, por el espacio que allí hay, con nosotros tres, pueden venir cinco más y os invitamos a pasar unos días allí, los días que queráis, —le dije.
    
    — Yo podría, si no es molestia, ir con vosotros a poner orden…, —dijo en voz muy baja Mauricio, arrepentido de auto invitarse.
    
    — Eso sería estupendo, vienes a casa mañana a las 9 de la mañana y nos vamos en taxi, —le dije.
    
    — Hecho, mañana os digo de los que sé que podemos invitar, —se fue Mauricio a su casa para comer y nosotros a la nuestra.
    
    Al día siguiente nos explicó que Alicia se encontraba en Paris con sus padres y hermanos hasta el día 15 de julio, acabada la ...
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