EL NIETO DEL GENERAL 4 - Relatos Eróticos

EL NIETO DEL GENERAL 4

Desde esa noche el pequeño Amadito dormía conmigo en la cama y por las noches lo cojia a diario y las mañanas me despertaba cuando sentía que el nene estaba chupando mi verga hasta recibir su lechita de desayuno, su madre le llamaba a diario y estaba tranquila ya que el pequeño no paraba de decir lo mucho que le gustaba estar conmigo y que yo era su papa. El fin de semana tenía que ir a uno de los ranchos de la familia ya que venía el cambio de clima y se debían tomar decisiones, así que muy temprano subí las maletas a la camioneta y con el aun somnoliento Amadito arranque ya que eran casi 4 horas de camino, el niño se recostó en el asiento y puso su cabecita sobre mis piernas, mas tardamos en andar unas calles cuando ya se había dormido de nuevo, puse algo de música y seguí nuestro destino, ya llevaba más de una hora de viaje cuando recibí una llamada, era mi padre que también estaba ya casi por llegar al rancho y me pedía que hiciera una parada en el pueblo que estaba antes para llevar al capataz, era un hombre de la edad de mi padre que le era completamente leal como para estar a cargo de ese negocio. Al colgar deje el teléfono y vi que Amadito se había despertado pero seguía plácidamente recostado, así que le acaricie la cabecita revolviendo su cabello. -Ya despertaste pequeño? No me respondió solo asintió con la cabeza y extendió su manita para tomar la mía y llevarla a su carita para que lo acariciara, tenía una piel hermosa de lo las tersa, pase mi mano por sus ojitos ...

... y sentí sus pestañas que eran largas, seguí y sentí su naricita pequeña y respingada como la de su madre, cuando puse mi mano sobre sus labios pude sentir esa boquita que tan feliz me hacía y sus labios que eran carnosos y bien definidos, me tomo de sorpresa que abriera la boca y comenzara a succionar mi dedo, su lengüita lo acariciaba y sus mejillas chupaban haciéndome notar lo que hacía que mi verga se pusiera como piedra. El subió su manita a la altura de mi bulto y lo comenzó a sobar sobre los jeans que traía puestos, yo seguía metiendo y sacando mi dedo de su boquita y me tenía más que caliente, sentí como estaba intentando bajar mi cremallera, así que baje un poco la velocidad para ayudarle abriendo mi cinturón y desabotonando el pantalón, de inmediato pudo conseguir que bajara el cierre y sentí su manita ir directo a sobar la cabeza de mi verga, mire por un segundo y se veía como mi precum llenaba sus deditos y la palma de su mita apenas cubría la cabeza de mi verga, dejo de chupar mi dedo y se giró en el asiento, jalo mi trusa hacia abajo y salió al aire mi verga dura, él se acomodó y sentí el calor de su boquita lamiendo mi cabeza y limpiándola por completo, después trago un poco y comenzó a mamar, era deliciosa la sensación de la humedad y calor de su boquita, yo levante un poco mi cadera y empuje el pantalón y trusa hasta debajo de las rodillas. -Amadito te gusta comer la polla de papa? -Si papi me gusta mucho tu submarino y sabe más rico que todos. -Si pequeño ya ...