EL NIETO DEL GENERAL 4 - Relatos Eróticos

EL NIETO DEL GENERAL 4

... las manos sobre la entrepierna de joe. -Ay bos y el que más dolió ya no le digo porque si este nene lo besa crece -No te preocupes el lo hace para que te sientas mejor, así que si dolió pues muéstrale donde fue Me sorprendí con mis palabras pero ya mi verga se había vuelto a poner como roca de ver como ese nene era capaz de todo -Me da pena patrón (ahí hasta el inglés se le olvido al cholo este) -Amadito Joe se hizo un tatuaje en su submarino y ese también le dolió, te gustaría verlo? -Siiiii pero apoco se pueden hacer rayitas ahí? -Claro child mira te voy a enseñar. Desabrocho su bermuda y el nene la jalo hacia abajo dejando expuesta su verga que ya estaba dura y era verdad estaba tatuada con lo que parecían llamas, Amadito estaba incrédulo pero de inmediato extendió su manita y la comenzó a acariciar, la cara de joe era de sorpresa cuando el nene abrió la boquita y comenzó a chuparla más por curiosidad, era su primer pene con prepucio que veía y estaba tatuado, metió un poco más de la cabeza ...

... de la verga que medía 18 cm y la mamaba como un dulce, sus manitas subían y bajaban mientras su boquita se cerraba fuertemente sobre la verga del cholo. Cuando la sintió suficientemente dura sin preguntar nada el nene se bajó el pantaloncito y como había hecho antes se sentó sobre la verga, gracias a que aun tenía mi leche dentro fue fácil que entrara el cholo estaba feliz y movía su herramienta dentro del nene, amadito se agacho hasta quedar tocando con sus manitas los tobillos del cholo asi que yo podía ver como entraba y salía la verga por completo, hasta que escuche que comenzó a jadear y a correrse dentro de mi hijastro llenando por segunda ocasión ese hoyito de leche de hombre. -Wow boy eres amazig, let me suck your Little cave. Lo vi como levanto al nene y lo acostó poniendo su nuquita sobre mis piernas levanto sus piernitas y se pego a chupar su culito, devoraba con la lengua la leche que salía de el nene y sin saberlo comía tanto su leche como la mía que parecía nunca dejar de salir.