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Mi niño
Fecha: 15/04/2020, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... decidí tomar las riendas del asunto. Un viernes después de cenar miramos una película y se fue a la cama pronto. Yo espere unos minutos para que se relajara y me fui a su cuarto. No puedo negarlo. Esta cardiaca. Había estado mirando vídeos toda la semana para saber cómo se hacía. Pero una cosa es verlo y otra hacerlo. Me desnudé antes de entrar en su dormitorio en silencio y me metí en la cama a su lado. Estaba despierto y dio un respingo. Mientras le hablaba le había cogido la polla y le acariciaba lentamente. Estaba tan excitado que se le puso dura casi al instante. Yo estaba acojonada. Pero era mi hijo y eso bastaba. Lo lleve a un sofá bajo. Así me sería más fácil. O eso creía. Lo senté y me arrodillé en en suelo delante de él. Le acaricié la polla muy despacio. Le pase la lengua por toda su polla. Mi pequeño. Mi Alex. Cuando vi que estaba a punto me metí su polla en la boca. Aquello no podía salir bien. Me dolían los labios de la presión. Tenía los ojos desencajados. Y para harto de males mi coño estaba empapado. La punta de su polla estaba en el fondo de mi garganta, se me saltaban las lágrimas por el dolor y la mayor parte estaba fuera. Así que me ayude de las manos. De las dos manos. Aquello no era una mamada. Le estaba haciendo una paja en mi boca. Pero no podía hacer más. Mi niño está temblando de placer, pero no me detuve. Por fin se corrió, me llenó la boca y la garganta con su leche y aún se derramó la mayor parte por mis pechos. Cuando acabó del ...
... todo me levante en silencio y me fui a mí cuarto. Aún tenía la leche de Alex en la boca. Me arrodillé en la cama y me masturbe. Sola. Con furia. Con rabia por los años perdidos. Con dolor por haber encontrado al hombre de mi vida y resulta que era mi hijo. Que con esa polla no me podría hacer feliz nunca. Lo intentamos unas semanas más. Al principio me iba a su cama. Pero luego me quedaba a dormir con el. Nos gustaba. Pero no funcionaba. Se corria. Y como. Pero no era suficiente. Para el no. Necesitaba tener libertad de movimiento. Y mi boca no era ni mucho menos el lugar adecuado. El siguiente paso era inevitable. Los dos lo sabíamos. Así que un día le lleve a mi cama, que era más grande, y le pedí que me follara. Me dijo que no, pero yo no me podía sentar encima de él. No tenía fuerza para dejarme caer con su polla dentro de mi y que me hiciera una avería. Así que me tumbe de espaldas y deje que me metiera su polla. Aún no puedo creerlo. Casi no me cabía dentro. Estaba tan dilatada que me dolía y solo podía meterme la mitad. Pero podía moverse y empujar. Y como empujaba. Pero el problema era el mismo. Era que el pobre no podía meterla toda. Hacíamos vida de pareja casi en todo. Dormíamos juntos cada noche. Me follaba 2 o 3 veces cada día. El carácter le cambio por completo. Parecía feliz. Contento. Nos teníamos más confianza. Pero el problema seguía siendo el mismo. No me podía imaginar cómo podíamos hacer para darle todo el placer que el quería. Ya lo habíamos ...