1. Circo de fieras


    Fecha: 18/04/2020, Categorías: Confesiones Autor: carihuevina, Fuente: CuentoRelatos

    ... sin quedar satisfecha con el espectáculo y eso no podía ser, ¿no?
    
    Así era de entregada la gente que trabajaba en el circo.
    
    El enano me llevó donde tenían almacenada la paja y la alfalfa para los animales.
    
    Muy caballerosamente me pidió que me posase sobre un montón de paja prensada y tiro de mí hasta que mi culo quedó en el borde.
    
    Metió la cabeza entre mis piernas y empezó a comer aquel chorreante y oloroso coño.
    
    El chico lo hacía estupendamente.
    
    Tanto era así que no tardé en correrme sobe toda su cariña.
    
    Ya podía decir que era una clienta contenta con el espectáculo y el trato recibido.
    
    Pero la función no se acaba hasta que el presentador despide al público, ¿no es cierto?
    
    Y allí nadie dio fin a la misma.
    
    Mi siguiente parada fue con el lanzador de cuchillos.
    
    Fue una experiencia única.
    
    Me desnudó por completo.
    
    Me ató tal cual hacía con su compañera y empezó a girar la ruleta.
    
    Directamente sacó la polla del pantalón y empezó a masturbarse.
    
    De detrás de la ruleta apareció su ayudante y empezó a ayudarle con la paja.
    
    Primero con la mano suavemente de arriba abajo. Luego un poco de saliva y toda a la boca.
    
    Aunque a veces me resultaba difícil intentaba fijar la mirada cada vez que podía para ver como aquella zorra se comía la polla de su jefe.
    
    Se veía con mucha habilidad.
    
    Ya estando a punto de correrse él, la apartó de un empujón y se acercó a mí.
    
    Se corrió, dejándome toda embadurnada y empapada por el efecto ...
    ... centrifugador de la ruleta.
    
    Cuando me bajé de la misma estaba algo mareada, así que avisaron al “hombre de hierro”.
    
    Me cogió por los pies y me echó sobre su hombro.
    
    Y allá iba yo, tal cual un saco de los que usaba para entrenar.
    
    Por mi cabeza corrieron mil situaciones con él, pero la que pasó se llevó la palma.
    
    Nos fuimos a la muy mítica “atracción” de golpear con un mazo para medir la fuerza.
    
    Me sentó allí, me abrió de piernas y sin mínimo aviso me penetró.
    
    -Uno
    
    No entendí lo que quiso decir y tampoco tuve tiempo a pensar que podría ser cuando dijo:
    
    -Tres.
    
    El dolor que sentí en el coño me hizo una razonar al momento.
    
    Estaba midiendo la fuerza con que me penetraba.
    
    Cada vez era más y más brusco y a mí me dolía más y más, pero también me gustaba más y más.
    
    -Tu turno.
    
    Él se sentó y yo hice lo propio.
    
    La primera vez juraría que no llegó al uno.
    
    La segunda sí, pero tampoco quería abusar de mi pobre coño, estaba ya muy usado y dolorido.
    
    -Cada vez que baje tu marca te voy a ir colgando un peso de los pezones, a ver qué te parece.
    
    En aquel momento la idea no me apetecía nada asique seguí empalándome su polla hasta que por fin estalló dentro de mí.
    
    Di gracias porque el juego ya acabase.
    
    Las piernas me temblaban y quería irme a casa y disfrutar un poco de ti, que era por quien realmente vine a jugar.
    
    El “hombre de hierro” no se molestó en acompañarme, se quedó allí sentado esperando a que otra mejorase mi marca....y sí, apareció la ...