1. Mis vecinos mirones


    Fecha: 18/04/2020, Categorías: Confesiones Autor: Margaryt, Fuente: CuentoRelatos

    ... estaban mis primos alrededor); pero ahora estaba sola.
    
    Decidí excitar a la jovencita y a cualquiera de su familia que se asomara; que se sintieran incómodos con mi sensualidad. Mi cuerpo es bonito, mi culo "de un diez", mi cabellera larga y pelirroja es sensual. Mi cintura es delgada, pero parece más delgada aún contrastada con "mi culazo". Me desprendí también de la parte inferior de mi bikini, con mis piernas apuntando hacia ellos. El vello de mi pubis ha crecido algo desde el último afeitado total y ya se ven mis pelitos pelirrojos brillando. Abrí las piernas como una prostituta, mostrando mi gordito chocho al vecindario, me sentía mejor que yendo a la playa nudista; me gusta exhibirme y, ante los vecinos, sentí como si mi coño estuviera en el centro de un anfiteatro. Cerré los ojos sintiendo como el sol calentaba todo mi cuerpo. Mis piernas abiertas eran un reclamo para los vecinos, al poco, abrí los ojos y vi a toda la familia mirándome desde sus tres balcones, las hijas en uno, su hermano en otro y sus padres en el tercero. Cerré nuevamente los ojos y me sentí muy excitada mostrando mi cuerpo. Perdí cualquier rastro de pudor que me quedara.
    
    Mi hamaca es muy amplia, bajé mis piernas por los lados hasta tocar con mis talones las losetas de gravilla. Mi sexo me ardía atacado por el sol, mis pliegues íntimos salieron "como a saludar" a la familia feliz... unnn el coño me chorreaba sobre la hamaca, me sentí vulgar pero muy a gusto.
    
    Abrí los ojos otra vez y vi al ...
    ... padre con expresión algo avergonzada al estar viéndome el coño delante de sus retoños; me dijo, al ver que lo miraba a los ojos:
    
    —Chica, que fresquita te has puesto, ¿no te da vergüenza? —le respondí:
    
    —Ninguna vergüenza señor, estoy en mi casa y estoy como quiero, ¿a usted no le da vergüenza estar todo el día en el balcón mirando nuestra piscina?
    
    —Los balcones dan ahí chica, ¡y ya está! —le respondí delante de su familia:
    
    —Mi coño también "da ahí", así que si no le gusta verme desnuda, ponga el aire acondicionado y, ¡para dentro mirón!
    
    No dijo nada, ni se marchó. Me cabreé viendo su cara dura y, cerrando los ojos, me di la vuelta poniéndome boca abajo. En esa postura mi culazo se tenía que ver "tremendo"... separé mis muslos y llevé mi mano derecha hacia mi culo. Mi chochito claro se salía por detrás como un pastelito tierno, con mi dedo índice me toqué los labios menores, ¡abriéndolos! Separé mis muslos, dejando colgando mis piernas por los laterales de la hamaca, rozando, ahora de espaldas, el suelo con las uñas pintadas de mis dedos gordos de los pies. Me empecé a masturbar con toda la mano derecha, también rozaba mi ano. Giré la cabeza y los vi a todos mirándome con la boca abierta, menos el padre, que se había metido dentro de su piso. Mi mirada se fijó en la de la madre mientras me masturbaba; al cruzarse nuestras miradas parpadeó y se metió en su piso.
    
    Me levanté de la hamaca y, mirando al chico, me acaricié los pechos puesta de pie. Luego miré a sus ...