Nuestra soledad nos traiciona (1ª parte)
Fecha: 19/04/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: stukka15, Fuente: CuentoRelatos
... labios vaginales y admire aquel paisaje.
Su coño era ahora hermoso, alineado, sus labios vaginales provocativos al igual que sus insinuantes piernas abiertas. Sus ojos seguían cerrados y parecía esperar a que le pidiera vestirse. Su ano era invisible en esa posición, pero decidí arriesgarme.
― Date vuelta, debo recortar el bello entre tus pompis.
― ¿Qué?
― Tú me harás lo mismo, no debes olvidar esa zona.
― Extrañada, obedeció y giro, mirándome de reojo.
Ante mí, su gran trasero que bajaba de esa cintura tan femenina, sus nalgas blancas ocultaban apenas su rosado ano. Sin perder tiempo, separe la nalga izquierda decepcionándome al ver que no tenía un solo bello en el lugar. Para mi sorpresa, Sandra sujeto sus nalgas y las separó presentándome el ano totalmente a mi disposición. Fingí cortar algunos bellos mientras rozaba apropósito su ano.
Sucedió lo esperado, soltó solo su mano derecha para evitar el disparo de su nuevo, pero pequeño, orgasmo. Esta vez percibí ese espectáculo casi claramente. Su mano izquierda, seguía aferrada a su nalga izquierda para facilitar mi trabajo. Apenas terminó, retorno su mano libre y reabrió sus nalgas. Nunca me apresuró, ni yo quería hacerlo tampoco. Termine y limpie sus nalgas y ano suavemente mientras me despedía en silencio de ellos. Seque su coño empapado y listo.
Retome mi anterior lugar, me hinque sobre el sillón de espaldas, abrí mis pompis y Sandra se esmeró el rasurarme sin ninguna prisa y con igual ...
... interés.
Hecho lo anterior, nos desplomamos en el delicioso y útil sillón a relajarnos un poco. Al poco nos duchamos nuevamente por separado descubriendo en mi caso, que rasurado, el pene y los testículos se sienten muy bien.
Al terminar su ducha, Sandra salió contenta y me beso la mejilla provocativamente:
― Quede muy sensual, me encantó, gracias.
Pienso sin temor a equivocarme, que tanto Sandra como yo, solo deseábamos que el bello creciera rápidamente para repetir aquel momento, sin embargo el destino tenía nuevos planes.
Nuestra rutina volvió a la normalidad, solo el recuerdo de aquel momento seguía aferrado a mi mente. Nuestra relación era idéntica con la variante de que ahora tratábamos temas muy íntimos, mucho muy seguido.
Los negocios iban bien bajo su administración y mis ideas sobre el mercado. Un lunes, llamó papá explicando que mamá enfermo súbitamente y estaba delicada de salud, tenía problemas con su matriz y debían extraerla para evitar que una pequeña hemorragia, le trajese problemas de anemia. Sandra viajo para cuidarla y supervisar todo su tratamiento. Las semanas se convirtieron en meses y Sandra se ausentó por medio año.
Mientras, yo luchaba por mantener la administración del negocio, pero debo reconocer que es un asunto complicado, así que finalmente contrate los servicios de un bufete. Me mantenía en contacto con Sandra y ella me ponía al tanto de la salud de mis padres.
Mamá empeoró y regrese a casa para enterarme de que tenía cáncer y ...