1. El Accidente


    Fecha: 19/04/2020, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... pene de su hijo más hacia la pierna izquierda, al hacerlo, un reflejo involuntario de parte de la pierna de su hijo, dio más acceso al pene, se concentró en la caricia al negro cilindro de carne que ahora se sentía más duro, podría jurar que nuevamente había crecido, se asomó a verlo, ahora brillaba su piel, como si estuviera húmeda, su propia entrepierna le mando un mensaje de alerta, le palpito como cuando estaba con él, recordó una ocasión de la época de adolescencia cuando al fin se atrevió a tocarlo, su mano por casi un minuto jugo subiendo y bajando la piel sobre el cilindro de carne, recordó que quito su mano y el la penetro de inmediato, también de pie, prefería sentirlo dentro, la hacía gozar dos o tres veces por una sola de él, a Ernesto su marido nunca le gusto que le tocara, de miembro pequeño pero grueso, no quería que se perdiera entre sus manos grandes, como ella bromeaba, manos grandes, todo pequeño. La de su hijo Pedro era grande, como la de él.
    
    Empezó a sentir un cosquilleo en los pezones, los sintió crecer bajo la tela del sujetador, (también gris) en juego con las bragas que decidió ponerse esa mañana.
    
    Su mano seguía moviéndose por el cilindro de carne, mojo sus dedos en su boca, siguió con el movimiento, ahora recordó la vez que fueron a un hotel, el pretexto fue un viaje a Guadalajara para que conociera la ciudad, él no la conocía, Ernesto su esposo le había autorizado porque él viajaba a Ciudad Juárez y no tenía tiempo, llevaban a su hija-nieta, ...
    ... ella cayo rendida por el trajín del día, ellos tuvieron tiempo de jugar como muchos años antes, él le suplico que le dejara verla desnuda, ella no accedió, solo uso un amplio camisón casi transparente, recordó como se había tendido en la cama con los pies colgando, él le levanto lentamente la tela hasta arriba del pubis al tiempo que besaba y lamia sus piernas, subiendo por los muslos llego con la caricia hasta tocar, chupar y lengüetear su vagina, ella recuerda cómo se convirtió en gelatina y gozo tres veces, sus guturales gemidos llegaron nuevamente a sus oídos, como si le estuviera lamiendo ahora, el, se levantó y la penetro de un solo golpe, le sintió llegar hasta el fondo de su vagina y tocar su útero, aún recuerda la feliz sensación de sentir por completo su derrame en su interior, cuatro cinco espasmos que la hicieron gozar aún más.
    
    Había pasado más de una hora y seguía acariciando el pene de su hijo, empezaba a correr algo de su líquido seminal, tomo un poco con la punta de su dedo, sin pensarlo lo llevo a sus labios, dulce, sabroso, era algo rico, nuevamente pensó en él, siempre se negó a tener contacto oral, siempre fue una de sus reglas, no besos en la boca, no sexo oral de ella a él, el acepto porque ella siempre estaba dispuesta a recibirlo, el disfrutaba dárselo.
    
    Volvió a probar el jugo con su dedo, ahora era más dulce, como los recuerdos, ahora pensó en la ocasión en que se vieron cuando ya todos sus hijos eran mayores, el pretexto fue su cumpleaños y el ...
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