El Accidente
Fecha: 19/04/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... la llevo a comer, de verdad fue una experiencia única, comió cosas que nunca había probado, bebió vino y tequila, no mucho pero se sintió achispada, él no lo supo, pero hubiera accedido a todo, el solo quería agradarla, estaba recién divorciado, había adquirido un departamento y la llevo a conocerlo, ella temblaba con anticipación pensando en el sexo, ahora era viuda, ya no sentía que engañaba a nadie, bueno, un poco tal vez a sus hijos, pero ahí estaba, conociendo el lugar, al llegar al pasillo, él le señalo la recamara, ella quiso verla, fue el pretexto, nomás pasar la estaba abrazando y besando su cuello, la recostó suavemente al pie de la cama, sus piernas aun no colgaban y el levanto su falda y ya estaba trepando con sus manos por el interior de sus muslos, toco su pubis y empezó a deslizar las bragas hacia abajo, levanto los pies para que las quitara, su boca ya estaba acariciándola, su lengua penetraba, su clítoris se sacudía en espasmos y su interior palpitaba cuando él le acariciaba su punto G, ella siempre dijo en broma a sus hijas que era de G de ganas, de seguir y seguir y nunca parar, de mantenerse gozando. De repente había sonado el teléfono celular que recién le habían regalado, lo empujo y retiro de su vagina, seguía gozando cuando contesto, era una de sus hijas, ahora no recordaba quien había sido, ya no pudieron continuar, se quedó con la sensación de vacío y faltante, él no había gozado y para ella fue poco.
El pene de su hijo seguía soltando líquido, ...
... pensando en que mancharía la sabanas, saco un pañuelo de su bolso y lo coloco entre el pene y la azul sabana, al hacerlo se acercó más al trasero de su hijo y subió el olor de macho, nuevamente su recuerdo fue a él, lo pensó en la última vez que se vieron, había llegado a su casa pidiendo posada por el tiempo que el trabajara en México, acepto con alegría, se veían de lunes a jueves, él viajaba el viernes y volvía el domingo por la noche, fue una maravillosa experiencia, lo veía desnudo por la mañana cuando salía del baño, a él, le gustaba exhibirse, sabía que así la provocaba, hacía que se mojara, salía rápido al trabajo y regresaba por la tarde, si tenían suerte y ninguno de sus hijos la visitaba, podían jugar un rato o recordar momentos pasados, fueron días semanas y meses viviendo esa experiencia, cuando salía, quedaba su olor a macho entre las sabanas, siempre fue en la cama que él ocupaba, nunca le permitió el acceso a su cuarto, en ocasiones él quería verle desnuda al salir del baño, ella siempre salía vestida, por la hija-nieta o por si alguno de sus hijos o hijas llegaba, cuando sentía que todo entre ellos podía cambiar para mejorar, él le dijo que ya no vendría más, el trabajo había terminado, sabía que el sufría igual o más que ella, siempre había sido así, siempre había estado así en su relación de más de cuarenta años.
Se asomó a ver el pene de su hijo, ahora brillaba y palpitaba aún más, dejo de acariciar el cilindro de carne y se agacho entre las piernas de su ...