La historia de Ángel, solo era un muchacho (15)
Fecha: 01/05/2020,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... había llegado y estaba esperándome, desvió la mirada de mi un momento, ¿avergonzado? No lo se, pero enseguida reaccionó.
-Ángel lo de ayer…, igual te pareció mal, en realidad no debimos estar en los vestuarios pero no lo pude evitar. -me miró confuso, azorado y con la cara roja. Sinceramente sentía una punzada de celos cuando recordaba aquel momento.
-No te preocupes, yo lo entiendo y además no tienes que darme explicaciones, hazte idea de que no vi nada. -sacó su mejor sonrisa y le vi más tranquilo.
-Gracias Ángel, de verdad estaba preocupado de que se lo contaras al señor y suspendiera mis clases, no quiero perder un alumno tan importante como tu, el trabajo no va muy bien y ya ves que tengo que dar otras clases además de las de la academia de baile.
-No te preocupes Guido, de mis labios no saldrá una palabra. -hasta ahora no me había fijado mucho en Guido pero tenía sus cosas buenas y agradables, unos ojos muy bonitos y un buen tipo aunque resultara estrafalario por la excesiva delgadez que le hacía ver más alto.
-Ian es tan insistente, tan, tan…, no volverá a suceder te lo prometo. -había nombrado a Ian y lo hacía de una forma que sugería la poderosa atracción que aquel muchacho le causaba, y no podía dudarlo, Ian estaba muy bueno y además lo sabia.
-Insistente y atrevido, parece que le gustamos todos, anda siempre con el rabo dispuesto para meterlo donde sea. -me atreví a responderle, la conversación era cómica y comenzamos a reír los dos por mi ...
... salida.
-La verdad es que Ian está muy rico y lo sabe hacer divino. -Guido aún se relamía, no dejábamos de reir, pero a la vez me estaba poniendo caliente al rememorar como el viril muchacho se la daba por el ano, y con que ganas y fuerza.
-A ti te tiene unas ganas locas de tenerte y buscará la forma de follarte. -Guido se puso rojo mirándome aturdido.
-¡Perdona!, no quería decir eso. -el hombre se había excedido y no sabía como arreglarlo.
-Lo se Guido, no te preocupes, hace todo lo posible para exhibirse y enseñarme lo que tiene entre las piernas. -no quería ir a más y al parecer él tampoco.
Dejamos nuestras bromas para cumplir las tareas de estudio, aunque me quedó claro que Ian se lo cogía cuando quería y tenía ganas, y que Guido no le negaría nunca el culo.
Tengo que reconocer que no es lo mismo llevar el coche por los caminos del parque, en la casa de Eduardo, que salir al tráfico de la calle y la carretera. Me desanimé cuando encontré las primeras dificultades a pesar de que el profesor dijera que lo hacía bien.
La comida del domingo la adelantamos sobre nuestro horario de costumbre, el funeral sería a la tarde y Eduardo quería llegar con tiempo para pasar antes por la hacienda del abuelo de Oriol y hablar con él.
Después de dos horas de viaje llegamos al destino. Era la primera vez que estaba allí, Damián conocía el lugar y entró directamente en el patio del enorme edificio principal. En el salón donde entramos estaban Erico y Rubén mirando una ...