1. La historia de Ángel, solo era un muchacho (15)


    Fecha: 01/05/2020, Categorías: Lesbianas Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... chupaba el glande lamiendo los jugos que le salían, se le ponía más roja y dura a cada segundo.
    
    La disfrutaba y me volvía loco el sabor que desprendía, en su excitación volvió a sujetarme la cabeza y me metió la verga hasta el fondo, aunque me molestaba le dejé que me hiciera lo que quería para su placer de macho.
    
    Andrés se movía como poseído, empujando las caderas con fuerza follándome la boca, y comenzó a gemir muy alto, gritando su satisfacción por la rica follada que se daba en mi boca.
    
    Sus gritos me incendiaba el deseo, haciendo soportable la brutal cogida que me daba, me dolían las rodillas y me puse de pie, me sostuvo cuando vio que no podía mantenerme y entonces empezó a besarme lo que no había hecho al principio salvo un corto y furtivo beso.
    
    También yo le besaba respondiendo a sus besos, le lamí el pecho y le mordí los pezones bajando hasta el duro abdomen, tenía que inclinarme para hacerlo y en esa posición me levantó la camiseta y metió la mano entre mis nalgas llegando a acariciarme el fruncido ano.
    
    Todo su cuerpo olía de maravilla y le seguía lamiendo el abdomen y el pecho continuando inclinado, y él tratando de meterme los dedos por el culo, no le entraban hasta se los mojó en saliva y consiguió penetrarme logrando que gimiera de placer y dolor.
    
    -Tienes el culito cerrado, me gusta romper los culitos de putitos jóvenes. -pasó el ligero dolor y manteniéndome inclinado me iba follando el culo con sus dedos.
    
    No se en que momento me cogió en ...
    ... sus brazos y me llevó hasta la cama dejándome sobre ella bruscamente, Eduardo se sentó a mi lado.
    
    -Ponte a cuatro patas, quiero ver como te la da por atrás. -Eduardo se estaba convirtiendo en voyeur que disfrutaba mirando como otros me tomaban. Me coloqué como me pedía y Andrés se puso de rodillas detrás de mi, me sujetó las nalgas y me las abrió metiéndose entre mis piernas.
    
    -Mira que anito más apretadito y rico Eduardo, ¿no te lo quieres comer? -pero Andrés no quería que Eduardo me lo comiera, sacó saliva de la boca y la dejó caer haciendo diana en mi ano y seguido sentí antes su barba raspando mi hoyito con su boca pegada a mi ano.
    
    Me lo comió unos minutos haciendo que gritara de gusto y que le pidiera que me abriera el culo con la lengua.
    
    -No te lo voy a preparar demasido mariconcito, quiero sentirte prieto cuando te meta la verga. -soltó una risa diabólica y temía que me la metiera de inmediato causándome algún daño.
    
    El sabor de mi culo debía de gustarle mucho porque continuaba lamiendo y metiendo la dura lengua con fuerza follándolo.
    
    -¡Síííi! Come mi culo, que rico siento. -esto le calentó más y ahora intentaba morderme el ano arañando con los dientes superiores, pero no podía morderlo y se conformaba con pasarme la lengua apretando por toda la raja y el perineo, era un maestro come culos, al menos el mío lo devoraba con ganas.
    
    -Méteme la lengua, cometé mi culo, dame más, que gusto, que gusto. -y no cesaba de gemir y suspirar, emitía débiles gemidos ...
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