La historia de Claudia (14)
Fecha: 28/09/2017,
Categorías:
Masturbación
Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
... pendeja me vuela la cabeza. –dijo Jimena.
-Sí, a mí también. Por eso no oferté por la otra
-Mirá, quiero proponerte algo.
-Sí, dale, decime.
-Estas viejas parecer tener plata y nos van a ganar. ¿Qué te parece si juntamos el dinero de las dos? Y si ganamos la llevamos a mi casa, yo vivo sola.
-Yo también. –dijo Natalia. –Y tu idea me parece genial, yo traje cuatrocientos pesos.
-Yo, cuatrocientos cincuenta.
-Con eso nos llevamos a la peladita. Estoy segura. -y las dos, entusiasmadísimas, se dispusieron a pujar en la subasta de la cachorra, a quien Inés, tomándola de la cadena del collar, había colocado ante las visitantes.
Blanca, entonces, le pidió a la peluquera que se llevara a Claudia al dormitorio para formalizar su entrega a Elina y cuando las tres salieron del living se dirigió a las participantes:
-Bueno, mis queridas amigas, ahora pueden inspeccionar a esta linda cachorrita –dijo sonriendo y de inmediato empujó a Laura hacia las damas y las dos veinteañeras que, ni lerdas ni perezosas, ganaron la delantera y se echaron sobre la sumisita.
Natalia la abrazó por la cintura y le murmuró: -Vas a ser nuestra ¿sabés, bomboncito? –mientras Jimena, por detrás, le entreabría las nalgas y buscaba con un dedo la entrada posterior.
Laura miró a Natalia y al comprender que ella y quien la asaltaba a sus espaldas estaban juntas se dijo que no estaría nada mal ser ganada por esas chicas e inmediatamente echo hacia atrás su cola para estimular a ...
... Jimena en su exploración.
-¡Ay,ay,ay! ¡Pero qué atrevidas estas jovencitas que no respetan a las señoras mayores! –dijo medio en broma y otro poco en serio la dama con aspecto de ejecutiva, y evidenciando su interés por Laura la tomó de un brazo y le apresó una de las tetitas con la otra mano mientras la cachorra corcoveaba con un dedo de Jimena ya bien adentro de su culito.
En el forcejeo cayó al suelo y entonces Carmen, Paula y otra invitada de unos cincuenta años, peinada con rodete y tipo de celadora de correccional de mujeres, intervino para ponerla en cuatro patas, sacar la mano de Jimena de la grupa de la sumisita y meterle un dedo hasta los nudillos, entre exclamaciones admiradas por la estrechez del sendero.
Y esa suerte de aquelarre erótico fue tomando un clima cada vez más caliente, con cuatro brujas hambrientas manoseando a gusto a la cachorra mientras las dos lesbianitas cedían espacio con la seguridad de que serían ellas quienes se llevarían el preciado botín.
Mientras tanto, en el dormitorio, Inés ponía a Claudia en manos de Elina.
-Tenela a rienda corta, querida. No vaya a ser que se malacostumbre. –le recomendó.
-Perdé cuidado, Inés. Me dijiste que a ésta le gusta que la nalgueen y buen culo tiene para eso, así que te aseguro que conmigo no se la a llevar de arriba. Tengo buenos cinturones para hacerle probar. –dijo y sus labios dibujaron una sonrisa cruel.
La peluquera recordó en ese momento que el automóvil de Elina tenía los vidrios ...