Mis Primas Zorritas Inglesas 2: Viaje a Inglaterra
Fecha: 16/05/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... arriba con Sophie encima follándola por el coño.
Comenzó a follarla mientras yo me preparaba para poseer su culo por primera vez en su vida. Ella no se estaba percatando de ello. Jenni me daba más vaselina en la verga, mientras yo saboreaba por primera vez en la noche de los grandes melones de mi primita. Cuando estuve a punto, fui despacio hacia Sophie. Sin que ella se enterara me acerqué lo más posible. Entonces con mis manos la acosté un poco para adelante. "Rober, ¿qué haces?". Paró de cabalgar sobre John, momento que aproveché para meterle la punta de mi polla en la entrada de su recto anal. "¡Roberto!". Continué introduciéndola poco a poco. "¡Roberto!. ¡Me haces daño!". Continué metiéndosela con suaves empujoncitos. "¡Rober, para!. ¡Para!. ¡Ayyy!". De repente, su ojito del culo cedió y le clavé de un tirón mi polla en toda su extensión. Los alaridos de dolor iban desapareciendo. Durante dos o tres segundos Sophie no dijo nada.
Luego comenzaría sexo salvaje. Comencé a darle por atrás despacito, y John sabía compenetrarse muy bien conmigo en el tema del ritmo. Íbamos parejos. Yo empecé a aumentarlo considerablemente, y John hacía lo que podía, ya que su posición era bastante incómoda para darle por el coño a gran velocidad. Pero yo estaba en una posición privilegiada, quería que gimiera como lo había hecho antes, como cuando John la follaba en el aire a una velocidad endiablada. Pronto se alcanzó ese nivel de gemidos y suspiros cuando yo aún no había llegado a mi ...
... "máxima potencia". Cuando esto ocurrió, Sophie estaba fuera de sí. Gritaba, chillaba, gemía, suspiraba.
Casi suelta lágrimas de placer por los ojos. Su hermana le había puesto su coño delante de su boca para que le diese unas chupadas... pero era imposible, Sophie sólo gritaba y gemía. Harta de esperar una comedura de clítoris, Jenni se posicionó con las rodillas y su coño encima de la lengua de John, que respondió haciéndole un trabajito a fondo en su rajita. Los alaridos de placer de las dos hermanas sonaban como el equipo musical a todo volumen, eso sí; Sophie le ganaba por goleada gritando a su hermana. Y era lógico, estaba viviendo el orgasmo de su vida.
O mejor dicho, los orgasmos de su vida; seguramente ni ella los contabilizó. John y yo estábamos follando a destajo, reteniendo la venida de nuestra corrida hasta tres veces. A la cuarta sentí, que ya no podía más, mi central lechera quería repartirla. Lo mismo le sucedió al inglés, con la cara embadurnada de la corrida femenina de su querida Jennifer. Me aparté y él también; no sin ciertas dificultades, ya que Sophie estaba ciega de placer y estaba bastante ida. Jenni y su hermana, con las pocas fuerzas que le quedaban; se posicionaron de rodillas en el suelo. Sus manos estrujando las tetas y las lenguas moviéndose lujuriosamente por los labios. Iba a ser mi mejor corrida de mi vida (había estado sin correrme estos últimos días para juntar un buen suministro). John y yo de pie, machacando nuestras vergas; John ...