1. El tío y la sobrina de su esposa. Hombre maduro, mujer joven, placer asegurado


    Fecha: 17/05/2020, Categorías: Hetero Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos

    Estoy doblando el codo de los cincuenta, me mantengo leal a los principios y enseñanzas que formaron mi personalidad, sin rollos, gustos normales y firmes conceptos, son esos momentos de la vida cuando sentimos que aún tenemos asignaturas pendientes. Romper, aunque sea un poco, con el pensamiento estructurado, permitirnos ser arte y parte del pecado, dejarnos arrastrar por la tentación de la carne.
    
    La sobrina preferida de mi esposa, insinuante y voluptuosa meneaba su deseo insatisfecho a los cuatro vientos, mis ganas de vivir me quema por dentro, ambos sabíamos que seríamos devorados por el pecado de esta pasión prohibida.
    
    En mi vida existen otras mujeres y seguirán existiendo, sumándose, alternando o renovando según se vaya dando. Pero “Una cosa es una cosa y otra cosa es otra” según la filosofía de la calle. Considero a la fidelidad como algo relativo, tiene más que ver más con el dogma que con lo racional, a la lealtad como valor superlativo, que resume en sí misma el valor intrínseco, la esencia del hombre de bien. Ser leal y consecuente con los afectos y con uno mismo, no mezclar el amor con la pasión y el deseo, es mi sana receta.
    
    Me considero un “artesano” de sexo, un trabajador de la pasión, porque no basta tener un buen material y una “buena herramienta” sino la habilidad y el talento para saber utilizarla, y con estos tres elementos alineados, el resultado solo puede ser el goce del sexo, compartido por igual es la idealización de pecado convertido en la ...
    ... virtud del infiel. Yo soy fiel a mi pensamiento, sino verán...
    
    Sucedió una mañana, casi a fines del otoño, fresquita, me ofrecí para llevar al hijito de la sobrina de mi mujer al jardín de infantes. Bajé del auto para fumar un cigarrillo mientras aguardaba el regreso de Vero, la sobrina, espero rodeado por acompañantes de los otros nenes, casi todas mujeres, casi todas jóvenes, casi todas interesantes, algunas de “muy buen ver”.
    
    Esa mañana tenía que pasar todo el día fuera de la oficina, no era lo habitual. Voy yendo hacia el auto, abstraído en mis temas laborales, tanto que no vi pasar a Vero, dirigirse al auto, voy detrás, totalmente abstraído en mis pensamientos, casi como al descuido voy detrás de una mujer, admirando la parte trasera de su anatomía, debí estará tan inmerso en esa mirada colmada de lujuria, que cuando ella volteó se quedó absorta notando mi expresión poco prudente para mirarle el traste.
    
    - Eh! –chasqueó los dedos. – Eh!, tío, soy yo, tu sobrina!
    
    - Ah, ah, perdón!!, no sé… no sé en qué estaba pensando…
    
    - Vamos, se te notaban los colmillos, no está bueno, con esa cara de perverso libidinoso mirando la cola de su sobrina. ja! Si parecías el Lobo Feroz
    
    - Por favor, por favor, no creas todo lo que ves. Es que… no había pensado que eras tu, por un momento, me dejé llevar por el instinto… de cazador que todos los hombres llevamos dentro y… y… eso me atrapaste infraganti. Acepta mis disculpas y ruego que esto se quede solo entre nosotros.
    
    - ...
«1234...7»