1. El tío y la sobrina de su esposa. Hombre maduro, mujer joven, placer asegurado


    Fecha: 17/05/2020, Categorías: Hetero Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos

    ... Bueno pero acéptame que eras como el lobo feroz -asiento con un gesto. –Que se te notaba como un cazador furtivo, el deseo encendido en los ojos. –asiento. Bueno, vamos al auto!
    
    - Bueno, ahora que está todo aclarado y perdonado, dime a dónde quieres que te acerque. La maña está lo bastante fresca para que te vuelvas a casa caminando. Pero… si quieres que te perdone por estar mirándome el culo y sobre todo que… me lo guarde solo para mí… necesito pedirte un favor! -asiento nuevamente. Llévame a tomar un café… pero no por aquí, conozco un lugar más discreto.
    
    Me miró para estudiar mis reacciones, se acomodó en el asiento, colocándose el cinturón de seguridad y con mucha habilidad movió sus piernas para permitirle al tío “mirón” ver un poco más allá de las rodillas. Para ser honesto, la Vero no se mostraba nada ofendida, pues todo lo que hizo fue solamente para provocarme. Suponía que me tendía una trampa para jugar al erotismo con el hombre mayor o simplemente necesitaba ser deseada y contenida.
    
    Mantuve la calma, si parecía una jugada de ajedrez, decidí esperar su siguiente movida. Hablando de movida, volvió a moverse girando hacia mi lado, provocando, ahora sí me pareció totalmente premeditado, que la falda subiera un poco más, para dejar buena parte de sus blancas piernas bien a la vista del tio… libidinoso (sí, en ese momento).
    
    - Es aquí, a mitad de cuadra, pero deja el auto aquí, mejor que no nos vean
    
    Esas precauciones, el tenor de la conversación y la ...
    ... exhibición de sus piernas presagiaban algo morboso, así lo había detectado el olfato de lobo cazador, pero nunca me anticipo, prefiero ser algo lento que rápido y torpe, no cerrar la mano hasta que no esté fácil de atrapar.
    
    - Qué galante sos!. Cuánto hace que no me abren... la puerta, del auto, sabés atender a una dama.
    
    - Gracias, respondí complacido, notando que todo estaba un poco más que bien.
    
    Tomamos café, en un rinconcito, a resguardo de miradas indiscretas. Con mutua complicidad, la corversación discurrió por trivialidades primero, luego Vero buscó temas más personales. Me enteré que está transitando un conflicto de pareja, que le pescó el teléfono al marido y tenía unos whatsapp bien súper comprometidos que descubrían una relación de infidelidad con una compañera de trabajo, no era la primera vez pero esta era distinta. Se habían casado de “apuro” para cubrir el embarazo accidental, al poco tiempo lo “pescó” en una aventura, y ahora nuevamente y con las pruebas escritas.
    
    Que lo descubrió hace unos días y aún no ha podido procesar ese dolor, y tampoco contárselo a nadie, por eso pensó que yo podría ser el confidente más idóneo, y por la experiencia personal, y por género entendía que podía ser el mejor referente para aconsejarla.
    
    Traté de separar esa atracción de hacía un momento, y hablarle con el corazón pero sin dejar que la racionalidad y la conveniencia estuvieran fuera del menú de opciones.
    
    - Bueno… sí que estás en un buen conflicto de intereses y de ...
«1234...7»