1. Malena 4: Nuevo Comienzo 1


    Fecha: 18/05/2020, Categorías: Lesbianas Autor: relator23, Fuente: CuentoRelatos

    ... mediante el cinturón con que la ataba a su cintura.
    
    Casi todas sus piernas y el final de su imperial rabo quedaban a la luz pública.
    
    Ambos la miraron estupefactos. Florencio tomó al vuelo la ropa que ella le lanzó y dijo en voz alta con un suspiro:
    
    -esta noche moriréis, maestro.
    
    Acto seguido giró sobre sus talones y salió.
    
    Malena quedó parada en medio del cuarto, sólo vestida con una sonrisa, pues al salir Florencio ella dejó caer la bata a sus pies.
    
    Azcunes la invitó con una seña a salir al porche donde la botella de Curvoisier los esperaba.
    
    -¡COÑO! ¿QUÉ ES ESTO?... -QUÍMICA, QUERIDA.
    
    -Profe, a pesar de que el período se me fue hace pocos días y creo no ser fértil ahora…
    
    -no te preocupes, no puedo engendrar.
    
    Él llenó sus copas nuevamente e inmediatamente después, se quitó la bata mostrándole orgullosamente la erección de su gran nabo.
    
    Se lo quedó mirando extasiada.
    
    -es bonito -opinó mirándolo a los ojos- es grande… yo soy pequeñita… el profesor tendrá cuidado ¿no?
    
    Con una sonrisa afirmó.
    
    Ella se arrodilló a sus pies y lo tomó entre sus dedos sin dejar de mirar a su dueño a los ojos.
    
    Se sentía libre de culpa y de angustia por lo que estaba haciendo… imperturbable, sería la definición correcta. Sin duda, sin arrepentimiento. Estaba allí para eso y lo haría con toda la intención de lograr la perfección… pues de acuerdo a lo que acababa de quedar establecido en su mente: indefectiblemente ese era su sino.
    
    Se lo introdujo en la ...
    ... boca y se lo lamió con dulzura. Ocupaba casi todo su espacio bucal.
    
    El seguía bebiendo y mirándola sonriente: Nada de ternura, sólo evaluaba su técnica y sus resultados.
    
    Esa actitud suya que la convertía en sólo un objeto, la excitaba más que nada.
    
    Un rato después él la tomó por las orejas y le obligó a ponerse de pies.
    
    La acostó sobre la mesita baja dónde estaba colocada la botella y le restregó la entrada de su vulva con una crema que ella había visto sobre la mesita sin imaginarse su función.
    
    Se lo agradeció, estaba excitada pero le faltaba lubricación, el espectáculo de su cuerpo –aunque no era grotesco- no le incitaba pasión.
    
    Se abrió para recibirlo y él entró. Ambos se miraban, él sonreía mientras arrancaba bocanadas de humo al tabaco que sostenía entre sus labios. Con una mano le sobaba sus muslos, con la otra sostenía su copa y su cadera, empujaba y jalaba rítmicamente su herramienta embutiéndola y sacándola casi completa de su cuerpo, que la succionaba y la expelía con chasquidos de humedad.
    
    Se abría paso en sus entrañas lentamente, como tanteando o disfrutando de la sensación. De pronto aceleró acentuando su sonrisa, su mirada y sus bocanadas de humo.
    
    Ella sentía que las bocanadas de humo salían de su grieta. Comenzó a palparse los senos mientras la angustia y el crujido desesperado de sus empapadas entrañas, la enloquecían mientras buscaba angustiosamente un orgasmo que ya debería haber reventado.
    
    -voy a explotar, si no acabo, dijo con ...
«12...8910...14»