Violación motivada
Fecha: 20/05/2020,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Danino, Fuente: CuentoRelatos
... corpiño. Descalza aún, salí del baño y ya estaban terminando la instalación.
Los muchachos estaban con bermudas (era una mañana de un calor elevado) y con camisas de mangas cortas sin abotonar.
-¿Qué tal quedó esto? -dije mirando su trabajo.
-Pruebe el cierre de las ventanas -contestó Luis.
Comprobé el buen funcionamiento y la terminación. El trabajo estaba perfecto. Estando frente al ventanal, Juan se paró detrás de mí y pasando el brazo por mi costado dijo:
-Fíjese que bien se desliza la persiana -dijo accionando la cinta. Subiendo y bajándola.
Se había puesto a mi espalda y para accionar la cinta, usó ambas manos, pasando los brazos por mis costados. Sentí su cuerpo pegado al mío y el bulto de su bermuda dejaba notar una considerable erección. Sentía en mi cola el miembro tieso de José.
-me parece que te estás equivocando conmigo -le dije seriamente, apartándolo de un empellón.
-No me estoy equivocando -dijo, mirándome a la cara a pesar de la penumbra del cuarto con la persiana cerrada.
-Los reportaré con el dueño de la empresa -los amenacé.
Tomándome por los hombros, me dijo amenazante:
-Nosotros diremos entonces de sus provocaciones. Nadie le creería.
-¿Qué provocaciones? -me defendí.
-La de pasearse con ese pantaloncito cortito, ofrecernos bebida y ahora ponerse este vestidito que muestra sus piernas tentándonos a acariciarlas -dijo afirmando con la cabeza y metiendo su mano bajo mi faldita corta.
Tomé su mano bajo mi falda y ...
... apartándole, les grité a ambos;
-¿Están locos? -y continué- ¿Qué pretenden?
-Usted sabe bien que queremos. Por eso nos estaba excitando -afirmó, poniendo nuevamente la mano en mi pierna y acariciándome.
Debía mantener mi dignidad y decoro, pero también me gustaba sentir que era capaz de hacer esta locura a dos hombres incontrolados.
De un empujón, me tiró sobre la cama y se abalanzó encima de mí. Me resistí, revolviéndome como una culebra. Pero sentí que Luis me sujetaba las manos, mientras José levantaba mi falda y bajaba mi tanga. Literalmente me arrancó las bragas. Conseguí soltar una de mis manos y con mis uñas rasgué la espalda de José que se había quitado la camisa y se bajaba la bermuda. En tanto frenesí y tanta violencia, me estaba excitando inexplicablemente.
-Por favor -pedí- deténganse. Esto es una locura. Está por llegar mi marido. ¡Basta!
-Mentiras -dijo José -Sabemos que llega por la tarde. Y además no querrá decirle lo que gozará ahora.
-Vamos a pasarlo bien todos -murmuró Luis, mientras manoseaba mis pechos con una mano y con la otra sujetaba mis brazos.
Podría haber gritado, pero sabía que sería inútil, estaban descontrolados. Algo de cierto había en lo que decían. Este abuso me estaba poniendo muy cachonda. Me sentía deseada y eso me excitaba. Dos fornidos muchachos me deseaban sin medir las consecuencias de sus actos.
José terminó de arrancar los botones de mi vestido que quedaban y dejándome descubierta y desnuda, metió su cabeza ...