1. Sugar Daddy (Parte 3)


    Fecha: 23/05/2020, Categorías: Gays Autor: angelmatsson, Fuente: SexoSinTabues

    ... Porque eres mío ¿no es así? -Lo soy –respondí antes de que mi cerebro lo procesara. Me tenía hipnotizado. -Sólo yo puedo hacerte todo eso. Porque sólo yo puedo hacer que lo disfrutes –mordió el lóbulo de mi oreja haciéndome gemir-. Sólo yo puedo dañarte sin destruirte. Sólo yo puedo hacer que explotes de placer luego de sentir el dolor. Quieres, ¿verdad? No pretendo obligarte. Quiero que tú lo quieras. Que lo necesites… Pídemelo. -Hazlo. Lo quiero. Lo necesito –contesté poseído por su aroma masculino y sus ojos potentes. Sonrió satisfecho. Se alejó y me dejó completamente ido. Respiraba de forma irregular si lograr creer lo que estaba sucediendo. Vi que comenzó a llenar el jacuzzi con agua, y le añadió un chorro de un líquido que, a los segundos, comenzó a provocar numerosas burbujas. Dejó en un costado el recipiente con vaselina que había sacado del mueble, y luego me miró. En ese momento me sentí como una presa… Y no una presa cualquiera, sino la mejor. Porque sus ojos me lo decían. Se sentó en el borde del jacuzzi y me ordeno que me quitara la ropa. Lentamente me fui desnudando, bajo la atenta y completa mirada suya. Con su mano apretaba grotescamente la erección entre sus piernas mientras se relamía los labios. Cuando estuve completamente desnudo me sentí expuesto y vulnerable. Sentí que no tenía control de mi cuerpo, y que estaba metiéndome en algo que se escapaba de mi jurisdicción. Pero me encantaba. Jamás me había pasado eso antes. Me gustó sentir que no tenía el ...
    ... control. Estaba completamente entregado y con la adrenalina y ansiedad a tope. Me tomó de la mano y me besó el dorso, para luego invitarme a entrar en el agua que estaba por sobre mis rodillas. Me iba a sentar pero me detuvo. Se paró en el borde del jacuzzi y colgó parte de las esposas en un gancho que colocó en el techo. Me hizo levantar las manos y me las aprisionó de tal forma que estaba completamente estirado. Luego bajó y se colocó frente a mí sin dejar de recorrer cada centímetro de mi cuerpo con sus ojos. Estaba alegre y rebosante de excitación. Parecía un niño en Disney World, sólo que mucho más morboso y erótico. Estaba cumpliendo sus fantasías y me alagaba enormemente que yo estuviera participando en eso. Se desnudó, dejándome ver ese cuerpo de macho y esa verga monstruosa que rebosaba placer. Estaba ansioso, se le notaba en la mirada y en la forma inquieta en que movía sus manos. Quería tocarme, sentirme, estar dentro de mí. Entró al agua y me besó. Su verga dejó una marca húmeda en mi vientre. Tuve que pararme en puntitas para poder responderle. Mordió mi cuello y disfruté de la forma en que su barba me raspaba la piel. Succionó la parte interna de mi brazo, y comenzó a bajar hasta llegar a mi axila. Con su lengua acarició esa zona y casi me desfallecí. Repitió lo mismo en el brazo contrario. Besó, después, mi pecho y mordió mis tetillas que aún estaban sensibles. Sus manos, mientras tanto, acariciaban mi costado desde mis muslos hasta mis muñecas en lo alto. A pesar ...
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