1. Sugar Daddy (Parte 3)


    Fecha: 23/05/2020, Categorías: Gays Autor: angelmatsson, Fuente: SexoSinTabues

    ... de que mi piel carecía de vellos, los pocos que tenía, estaban completamente erizados. Sus caricias provocaban una corriente eléctrica que ponía mi piel como de gallina. Puede ver que desde mi pecho hacia abajo había un camino colorado por las partes en donde él había estado. Con sus labios atrapó el reborde costal, ya que, al estar con los brazos en alto, mi caja torácica se remarcaba. Perfectamente podía divisar mis costillas en mi pecho. A Gerard le excitó. Cuando llegó a mi pubis, con sus dientes atrapó algunos de mis rizados vellos y tiró de ellos. Gemí por el dolor. Apenas terminé de gemir, ahogué un grito de placer cuando sus labios atraparon mi glande. Gerard tenía destreza y conseguí tragarse completamente mi miembro. Yo sólo gritaba y gemía de placer, mientras me retorcía sin poder liberarme. Al cabo de unos segundos, bajó y comenzó a introducirse mis testículos a su boca. Cuando terminó el recorrido, se levantó y me besó. Al separarse noté que un par de mis propios vellos púbicos habían pasado de su boca a la mía. Sonreí. Ahora su verga y testículos estaban húmedos y con espuma, pues cuando había mamado mi verga había tenido que arrodillarse en el agua. -Estoy tan excitado –declaró. Su voz era distinta, estaba completamente impregnada por la lujuria. Era gruesa y carrasposa. Como si se tratara de un gruñido convertido en palabras. Era un oso, un león… no lo sé. Simplemente una bestia salvaje deseoso de cumplir con sus instintos más primitivos-. Y cada vez que te ...
    ... veo me excito más. Tus ojos… Son como las nubes cuando hay tormenta. Eres tan puro… Y eso sólo me provoca más ganas de perturbarte y hacer cosas pecaminosas contigo… con tu cuerpo. Me tomó de los costados y me giró, de forma que quedó a mis espaldas. Me rodeó con sus brazos y apegó su erección a mi piel. -Te deseo… Te deseo tanto que sólo es superado por el cariño que te tengo –susurró eso último en mi oído. Cerré los ojos de forma instintiva mientras mi boca se abría como si estuviera en un sueño profundo-. No sé por qué siento tanto por ti. Quizás es porque eres lo más real que se ha cruzado por mi camino. O porque me haces sentir vital y joven. No lo sé, ni quiero saberlo. Me basta con sentirlo. Todo lo decía mientras refregaba su erección contra mis nalgas, mordía mi oreja y pellizcaba mis tetillas. -Prométeme que no me dejarás –pidió suplicante-. Prométeme que serás mío y sólo mío. Y yo prometeré cuidarte y protegerte y jamás traicionarte. Promételo… Por favor. -Lo… Lo pro-prometo –dije con hilo de voz. Mi mente no funcionaba. Todo lo que había pasado se borró de mi memoria. No habían prejuicios, ni bien y mal, ni nada. Sólo existía lo que en ese momento sentía… Era tan real que sentía que podía tocarlo. No necesitaba nada más, sólo a él y lo que provocaba en mí. Ya estaba decidido. -Eso, bebé. Serás mío… -. Y a continuación estalló su mano contra mi muslo. El eco de su mano azotando mi piel resonó en todo el edificio. Grité y gemí. Repitió lo mismo pero en mi otro muslo. ...
«12...678...12»