La reeducación de Areana (2)
Fecha: 24/05/2020,
Categorías:
No Consentido
Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
... Elena.
-Venite, venite lo más rápido que puedas… Acaba de tomar una coca con ese polvito… ¡Venite, por favor!...
-Calmate, Eva. –le pidió su amiga. Si tragó el polvito en un rato la vas a tener atontada, así que no te preocupes. Yo ya salgo para allá y vos llamala a Amalia para avisarle que se la estamos llevando.
-Sí, sí… Gracias, Elena… Estoy… estoy muy nerviosa…
-Calmate y llamá a Amalia. –insistió Elena y cortó la comunicación.
Eva, en estado de suma crispación, obedeció a Elena:
-Señora… -dijo cuando reconoció la voz de Amalia. –mi hija… acaba de… de tomar un vaso de Coca Cola con ese polvito y Elena viene en camino para acá…
-La noto muy nerviosa, querida, cálmese. Según lo que me cuenta en un rato va a traerme a su hija.
-Sí, en cuanto venga Elena salimos para allá con Areanita…
Cortó la comunicación y al volver al living vio, alarmada, que Areana se paseaba como zombie por el living, con pasos lentos y torpes, llevándose por delante los muebles. Corrió hacia ella y vio que tenía la mirada perdida y la boca abierta, con la mandíbula caída.
-¡Ay, Dios mío! –exclamó mientras tomaba a la jovencita y la recostaba en el sofá. En ese momento sonó el portero eléctrico. Era Elena. Bajó a franquearle la entrada al edificio y la abrazó al borde del llanto:
-¡Estoy asustadísima, Elena! ¡Ya vas a ver cómo está Areanita! –dijo casi gritando y con semblante demudado.
Elena la tomó por la cintura camino al ascensor:
-Tranquilizate, Eva, te ...
... aseguro que Amalia sabe lo que hace. Areana está sólo atontada para que podamos llevarla.
-Ay, no sé, Elena, no sé, espero que tangas razón…
Cuando ambas entraron al living, Areana seguía tendida en el sofá y Eva se lamentó de no haber tenido la precaución de echarle encima alguna ropa. Elena, por su parte, tuvo que hacer un esfuerzo para mostrarse impasible ante el espectáculo que Areana ofrecía involuntariamente.
-Bueno, vestila, Eva. –dijo y se aclaró la garganta.
“¡Qué bocadito!” pensó mientras Eva conducía a la jovencita a su cuarto y Elena se deleitaba mirando y admirando esa colita empinada, firme y como trazada con un compás de tan redonda, y esas piernas larguísimas de un torneado perfecto.
Mientras tanto, en ese mismo momento, Amalia devolvía a la pupila ya reeducada y amaestrada al marido, que asistía con admiración y excitado a la demostración que la señorona le hacía del trabajo realizado.
Así, luego de enseñarle al hombre como manejar a la hembra haciendo chasquear los dedos y ofrecerle una muestra del nivel de amaestramiento alcanzado por su mujer, le dijo:
-Ya ve, mi estimado señor, que su antiguamente insoportable esposa, está hoy convertida en una esclava perfecta y además bisexual, como usted me había pedido.
Inmediatamente se dirigió a la pupila:
-¿Quién sos, puta?
-La esclava de mi marido, señora. –fue la respuesta de la mujer, que permanecía en la posición correcta: las manos en la espalda, las piernas juntas y la cabeza ...