La psicóloga (2-2)
Fecha: 25/05/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: Erothic, Fuente: CuentoRelatos
... tren, y con un poco más de esfuerzo me adentré hasta donde estaba el chico. Ahí me arrejunté con él, no era muy difícil pues no había lugar para un alma más. Entonces fue cuando me di cuenta de la tontería que había hecho, pero algo no andaba bien con migo. En ese momento comencé a sudar, mi respiración cambiaba y una oleada de calor subía por todo mi cuerpo.
Casi me arrepiento, en ese momento de haber tomado la decisión de entrar en aquel vagón, no podía moverme y no veía nada más que los hombros robustos de los hombres a mí alrededor. Ya me estaba poniendo incomoda, pero entonces el tren comenzó a tambaleare al tomar las curvas e inevitablemente me hacía chocar contra todos en el lugar. Era molesto, bochornoso, si, pero al mismo tiempo me gustaba, de cierta forma.
Intentaba no pensar en lo que sentía, pero sin nada más que me distrajera la mente, era imposible. Mientras luchaba contra mis sensaciones, el tren se detuvo, creí que bajaría toda la gente, liberaría espacio y al fin podría relajarme, pero sucedió todo lo contrario. El vagón estaba completamente lleno y aun así, no sé cómo, pero lograron entrar un par de personas más.
Todos nos repagamos por completo, yo con toda alevosía me junté en dirección a donde estaba aquel chico, es decir, sabía que era inevitable el roce, y si estaría apretujada con un tipo, ese tipo sería el que yo eligiera ¿no?
Me preguntaba con tono como para que yo le dijese algo. Pero la forma en la que contaba su erótica historia ya ...
... me tenía petrificada y no tuve capacidades para responderle, así que permanecí seria, fingiendo que aún conservaba mi cordura y tranquilidad, mientras ella continuaba.
-El convoy arranco de nuevo, yo estaba de frente al chico, lo cual me puso tan nerviosa que mejor decidí poner a un lado de él. Como estaba en medio de la multitud me era imposible sujetarme de algún lado, así que solo me mantenía en pie gracias al poco espacio que había.
En esas estaba cuando el vaivén del tren comenzaba, e inevitablemente comencé a rebotar como pelota por todos lados. Sin escapatoria miraba por entre la gente si se abría algún hueco para salirme o en último caso para sentarme. Había espacio apenas para respirar. Entonces sentí algo, sentí que algo rosaba mi mano, voltee y vi que era la mochila de aquel chico, quien al darse cuenta que miraba su mochila de inmediato la aparto a un costado. En ese momento la locura se apodero de mí.
Y es que no pude evitar mirar la entrepierna del chico al dejarla descubierta. Ese día vestía un pantalón deportivo holgado, pero aun así se le marraba un bulto bastante sugerente, (risas nerviosas) y mi imaginación volaba (Mas risas). De inmediato voltee la mirada a cualquier otro lado y me clavé en ese punto como si estuviese mirando la cosa más entretenida del mundo.
Así permanecí por un momento, lo juro, no volví a voltear, pero el meneo del tren no me dejaba olvidarme que estaba a un par de centímetros de aquel chico que tanto me había excitado y ...