La psicóloga (2-2)
Fecha: 25/05/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: Erothic, Fuente: CuentoRelatos
Ambas
Los siguientes días nada pasaba, aun tenía en mente mi experiencia exhibicionista en mi consultorio, pero jamás se repitió nuevamente. Solo esperaba tener una cita con aquella chica una vez más, deseo que se cumpliera en un par de días más.
Aquel día estaba muy ansiosa por la paciente que tendría. No podía dejar de imaginar lo que me platicaría, verla, escucharla y claro, llenarme de nuevo de todas aquellas sensaciones. Todo tenía pinta para día perfecto. Apenas podía contener la ansiedad de esperar al final del día, hora en que tendría aquella cita.
Recuerdo que esa mañana estaba muy soleada, así que decidí vestir un vestido ligero y corto para la ocasión. Sin más, salí de casa pensando en todo lo que sucedería, tratando de sacar de mi mente lo que no debería pasar de nuevo.
Ya por la tarde, el sol nos abandonaba y yo lo único que deseaba era tener en el consultorio a aquella última paciente que tan caliente me había puesto la anterior cita.
Despidiendo al penúltimo paciente aquella chica ya me esperaba, de reojo pude ver que vestía el mismo abrigo robusto que le cubría hasta las rodillas y de bajo solo se podían ver sus botas largas cubriéndole el resto del cuerpo.
Sin más y con las prisas encima, la hice entrar. Recuerdo que respiré profundamente sabiendo lo que me esperaría la siguiente hora, traté de controlar mis emociones y la pesadez de aquella ardua semana y me entregué a lo que pudiese pasar.
Después me senté frente a mi paciente en ...
... turno y comencé con las cordialidades mundanas que se deben hacer para que se sintiera más cómoda.
-¿Cómo te ha ido? ¿Qué tal la escuela? ¿Los amigos?- Me atreví a preguntarle sabiendo que ahí radicaba el problema, de esta manera direccionando la plática a la raíz de una vez. –He estado llena de emociones -Contestó con una voz seductora acompañada de un profundo suspiro.
-¿Cuáles emociones? Pregunté de inmediato para saber de qué iba el asunto, pero la chica no era fácil y pronto encontró una manera de controlar la conversación de nuevo. Me comentaba que había tenía otra experiencia más reciente que me quería confesar.
Sin más opción, no me quedaba de otra que dejarla expresarse libremente de nuevo, sabía que era lo que necesitaba, además me estaba pagando por ello, después de todo y sinceramente no era que me molestara en lo absoluto, de hecho, me encantaba.
-¿Por qué lo dices? ¿Qué te hace pensar eso?- Pregunté, dando de esta manera bandera verde al relato.
-Sucedió hace poco, fue como si no fuese yo. -Comenzaba.
-Estaba en la universidad, era ya tarde, pero apenas iniciaba mi última clase. Estaba de lo más aburrida, fastidiada y abrumada. Entonces algo pasó.
Ese día llevaba un vestido corto de lo más ajustado, tacones altos y solo la parte intima de abajo. Claro, todos los hombres se perdían en mí, y eso me encantaba. Especialmente ese día y con ese atuendo no hubo hombre capaz de quitarme la mirada al pasar. Esa sensación ¿sabe?, sentirse atraída, ...