La psicóloga (2-2)
Fecha: 25/05/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: Erothic, Fuente: CuentoRelatos
... llegar a casa sería aun más tarde, debía inventar alguna escusa a mi familia pero con la cabeza hecha un desastre y agobiada por tantas emociones no encontré más que enviar un mensaje explicando que había mucho tráfico.
En verdad no sé cómo explicar lo que sentía en ese momento, estaba experimentado todas y cada una de las emociones que alguien pueda sentir en toda su vida, miedo, tristeza, soledad, excitación, angustia, estrés, ansiedad, desesperación, felicidad, alegría. En fin todos esos sentimientos eran insoportables y mi mente daba vueltas y vueltas, imaginaba lo que haría al llegar y por fin estar sola en mi cuarto, definitivamente abriría el juguete que había comprado y que ocultaba con recelo en mi bolso.
Entonces un palpitar duro y seco de mi corazón estremeció todo mi cuerpo, la idea de destapar aquel paquete era simplemente insoportable, como al ver los regalos un día antes de navidad. Solo que de este regalo ya sabía el contenido, y su contenido era indescriptible.
Como ocultando un animal peligroso, miraba el interior de mi bolso abriéndolo con extrema cautela. Sentía que cualquiera estaría viendo tras de mi hombro, pero lo cierto era que estaba sentada en la penúltima fila del bus, y tras de mí no había nadie. Enfrente había más gente pero era imposible que me viesen por la altura de los asientos, un poco diferente era el asiento de la fila de junto, a mi derecha, pues estaba ocupado por una pobre señora de traje quien presa por el cansancio del día, ...
... dormía perdidamente aferrándose a su bolso de mano y una bolsa más en la que seguramente traería sus tacones que le harían juego con su minifalda y saco, en vez de los desalineados zapatos deportivos que calzaba.
Como si estuviese a punto de robar algo, deslizaba lentamente el empaque fuera de mi cartera intentado no hacer ruido alguno. Una vez fuera y con la misma cautela, comencé a revisarlo; era muy realista, debía serlo, había cogido uno de los más caros del mostrador. Entonces comencé a destaparlo, no sin antes dar un rápido vistazo a mí alrededor. Una vez comprobado que nadie me observaba destape el pene plastificado y lo saque del empaque que guardaba de inmediato de vuelta a su escondite.
No lo podía creer, la textura era muy realista, sin duda justificaba su precio, pero lo que tampoco podía creer era que estuviese ahí, en el colectivo con personas a mí alrededor y yo, con un dildo en la mano.
Pero aquello era extrañamente calmo, había silencio absoluto, dada la hora, ya nadie tenía energía, no había música, no había voces extrañas, llamadas de móviles, no había vendedores, nadie conversaba. Todos dormían o revisaban mensajes. Esa atmosfera me daba de nueva cuenta aquella sensación de privacidad pese al lugar público.
No podía resistirlo más, recordaba la sensación del pene de mi compañero frotado mi mano, imaginado si se vería igual a ese pene artificial mientras lo tocaba de la misma manera. Mi ritmo cardiaco estaba a su máximo, mi cuerpo me temblaba y ...