Matilda, guerrero del espacio (capitulo 18)
Fecha: 31/05/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos
... que nuestros cruceros logren abrir brecha, la infantería abordara el bastión principal. Es una operación muy difícil, muy arriesgada, pero que se puede hacer.
»No hace falta que les diga lo que significaría controlar los corredores subespaciales, pero en el plano táctico, el emperador perdería otra cuarta parte de la flota: solo contaría con lo que tiene en torno a Axos. Las naves que tiene desplegadas por la galaxia, la más cercana, sin los corredores, tardará cuatro o cinco meses en llegar aquí a máxima velocidad y abriendo vórtices continuamente. ¿Alguna pregunta?
—No es una pregunta, es una afirmación, Matilda, —intervino la Princesa Súm—. Esta operación esta brillantemente diseñada por ti, y tú debes liderarla, si así lo aprueba el Consejo. Lo digo, porque te veo con la intención de plantarte una coraza y bajar a destrozar androides. Tu lugar esta en la nave insignia de la flota, en el Tharsis. Yo me ocupo de destriparlos.
Todos los consejeros, estuvieron de acuerdo y se acordó que la operación se pusiera en macha en 18 horas.
Matilda estaba molesta, tenía previsto ceder la dirección general de las operaciones a la almirante Rizé, y bajar al planetoide mientras la Princesa Súm asaltaba el bastión principal.
—Me da igual que te enfades conmigo: tu lugar esta al mando de la flota, —exclamó la Princesa cuando estuvieron a solas.
—No te voy a volver a hablar, novata, —bromeo Matilda.
—Tienes razón, soy una novata, pero tú lo eres con las corazas de ...
... ambiente. Es cierto que entrenaste un par de veces con el escuadrón, pero con ellos, yo tengo experiencia de combate y tu no.
—Princesa, ten cuidado ahí abajo, —la dijo abrazándola.
—Y tu allí arriba.
Esa no era la última sorpresa que esperaba a Matilda.
—Camaxtli quiere hablar contigo, —dijo Ushlas cuando regresó al Tharsis— y esta muy cabreada.
—¿Ha pasado algo? —preguntó frunciendo el ceño.
—Que yo sepa nada, y no ha querido decirme que es lo que ocurre, pero esta muy alterada.
—Anda, vamos a verla, —dijo Matilda y las dos se encaminaron a ingeniería. Cuando la vieron, la hizo una señal con el dedo y la indico su cabina.
—¿Vas a destruir esos dos acorazados? —bramó como un búfalo enfurecido, mientras las dos mujeres la miraban con una mezcla de incredulidad y asombro—. ¡No me lo puedo creer!
—Pero ¿de que me estás hablando?
—Desde hace tres años, en mi tiempo libre, trabajo en la mejora de esos acorazados. Son mi pasatiempo.
—¡Vale tía! No tenía ni idea. Lo siento mucho, pero ¿que quieres que haga?
—Quiero que los apreses.
—¡Pero si son un montón de chatarra! —gritó Matilda empezando a perder la calma.
—¡No es cierto, no lo son! —gritó también Camaxtli—. Por favor, Matilda, confía en mí: no los destruyas.
—Sabes que confío en ti ciegamente, pero eso no te lo puedo prometer, —dijo después de guardar silencio durante unos segundos—. Voy a hablarlo con Johari que es quien va a dirigir el asalto, pero si me dice que es arriesgado, te ...