1. Mi primera experiencia con un negro semental


    Fecha: 02/06/2020, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    En una de esas tardes en las que uno es poseído por el deseo, decidí acudir a las cabinas de Internet de Punto Net. He ido a muchos lugares, a Miki, a la Av. Uruguay y la verdad es que lo único que encontraba era a chibolos o a tíos queriendo ser satisfechos, pero sinceramente yo estaba (y estoy) en búsqueda de algo más. No, no una relación estable, eso no me interesa, sino de uno que encuentre placer no sólo en "tirar", sino en hacer él una buena faena, que encuentre satisfacción al complacer. Soy un hombre de 34 años de edad. Mi primera experiencia homosexual fue a los 25 años, pasando para mi segunda experiencia sexual dos años, a los 27. Y así, he ido cada mucho tiempo volviendo a tener algún que otro encuentro. Memorables, sólo la segunda vez y la más reciente, en 2014. Estaba en las cabinas de Punto Net, viendo vídeos mientras en el Mirc probaba con uno u otro nick: "Pas_discreto34"; "Pas-Varonil". Y a falta de resultados pasaba a Nicks más atrevidos: "Dame_Duro_en4"; "Pasivo_con_ganas", en fin. me ligaba una que otra persona que de inmediato pasaba a solicitarme una descripción, para luego terminar en nada. Básicamente porque querían algo rapidito en la cabina y. yo ya he pasado por eso, es loco y hasta emocionante (lo admito). pero ahora quería algo más libre, una habitación, una cama, espejos, etc. Cuando estaba por irme, segurísimo de que esa noche ya en mi cuarto me esperaría una sesión de masturbación y mucha imaginación, pasé por los servicios higiénicos. ...
    ... Siempre pasan cosas allí, no faltan los gays “delicados” que se ofrecen sin tapujos, y algún que otro activo que se sacude en exceso la pieza como para llamar la atención. Esta vez no. El baño estaba vacío, los dos únicos urinarios estaban casi llenos, el olor fuerte, las huellas de pisadas de distintas hormas y de distinto tipo de calzado. en fin, a miccionar. De pronto, entra otra persona a la que decido ignorar. Se ubica en el urinario de mi derecha. Percibo su mirada fijada en mi, lo miro de reojo, primero su cara y él, con aires de experticio desvía su mirada a mi bien formado trasero (perdonenme la inmodestia). De inmediato yo vuelvo la mirada hacia la pared delante de mi, pero con ansias de mirar otra vez a ese joven negro que estaba en el urinario del costado. volví a mirar de reojo y pude intuir un badajo en vaivén si miraba hacia abajo, lo cual hice de reojo. Mis ojos se fijaron en una venosa masa negra cual nunca había visto ni en mis fantasías más bizarras. Como un péndulo que respondía dando la contra al movimiento de sus caderas, estaba allí, un anzuelo irresistible, me relamí los labios de manera instintiva e incontenible y luego lo miré otra vez. el joven caminó hacia mí desde el lado derecho y yo por reflejo torcí mi brazo derecho con la mano en posición de sujetar algo y él lo entendió, depositó el imponente peso de su tibia pieza y me dijo al oído: «te espero afuera». Fue al lavadero y salió. Yo hice lo mismo. Ya afuera me dijo, ¿entramos al hotel?, y yo le dije ...
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