Mi primera experiencia con un negro semental
Fecha: 02/06/2020,
Categorías:
Gays
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... hacía cada vez más audible y sus manos alternaban entre mi cintura y mi culo… Logré pasar mi mano por entre los dos hasta alcanzar su pinga tiesa allí y palpitante… ahora deslicé todo mi cuerpo con mi rostro pegado a su piel… hasta llegar a donde tanto ansiaba… quería chupar esa vergasa desde que la había visto minutos antes… y así lo hice… su enorme glande me dejaba sin aliento… Nunca antes había mamado los huevos a nadie, pero éstos eran una invitación irresistible a hacerlo, metí uno de sus enormes testículos en mi boca y fue una sensación nueva y adictiva en el acto… sujetar entre mi pulgar y mi índice para que queden con la piel más estirada y deslizar mi lengua entre los dos, una mano aferrada a su pedazo de carne tiesa como un fierro y la otra como pinza en la piel de sus testículos mientras mi lengua se deslizaba con desesperación entre esas dos bolas esponjosas y jugosas… Me deslicé un poco más abajo hasta poner mis pies en el suelo y con una indicación le pedí que bajara un poco más, hasta que echado boca arriba él posara sus pies separados en el suelo… me volteé, me lubriqué con lo que había (saliva propia) y comencé a rozar su glande entre mis nalgas, él lo disfrutaba, yo… por supuesto que también… Luego, encajé la cabeza de su miembro en la entrada de mi ano… con movimientos de caderas, movimientos circulares fui haciéndolo entrar poco a poco… podría jurar que sentía cada milímetro de su verga enterrándose en mi culo, abriéndolo cual nunca antes… y ...
... estremeciéndome todo el cuerpo, al punto que casi sentía calambres en los muslos… Yo estaba entre sus piernas… él apoyado ahora en sus dos palmas con los brazos extendidos hacia atrás, apoyado en el colchón… El espejo me devolvía una escena que no hacía otra cosa más que incrementar mi excitación… Con un poco más de presión logré sentarme por completo sobre su riquísima pichula negra hasta que sus huevos y los míos se acariciaban mutuamente, yo bajaba mi mano y estrujaba ahora cuatro testículos y era evidente que eso irradiaba descargas de placer para los dos… Luego él tomó la iniciativa… me indicó que me pusiera de pie… me dirigió hasta la cama, me hizo recostarme con mis pies posados en el suelo, sólo de la cintura para arriba estaba en la cama… luego él sujetando mis pantorrillas las elevó en el aire y flexionando mis rodillas logró ponerme en la posición del pollito al horno… Se acercó a mi rostro y me besó con lengua… me sujetó con la mano el rostro y con su pulgar me torció el labio inferior al cual de inmediato le aplicó una mordidita… se incorporó, me dio una palmaba en el reverso de mis muslos que ahora estaban completamente expuestos así como mi ansioso ano… Aplicó su saliva en la entradita y en su pene y se dispuso en una postura que le permitiese embestirme… ésta vez fue implacable, abandonó toda delicadeza… me penetró con una contundencia inesperada, mi cuerpo se sacudió y la sombra de un dolor se disipó en un instante y se convirtió en placer… así en cada embestida bestial… ...