1. Mi primera experiencia con un negro semental


    Fecha: 02/06/2020, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... cada vez que lo hacía nuestros cuerpos emitían un sonido de piel sobre piel… como un aplauso rítmico… cada vez que me penetraba con fiereza parecía que me iba a comenzar a doler pero de inmediato me embargaba un placer sin parangón… Yo rozaba su espalda, luego, por la parte externa sentía su cadera con mi mano derecha… el vaivén de su cuerpo, mis manos se deslizaban sobre su piel cubierta de sudor… me sorprendí gimiendo… sí… mmm. mm… mmm. m… y él me taladraba con ímpetu… Con una voz entrecortada me comenzó a decir… «Ahora eres mi perra»… «Ahora eres mi perra»… y yo así me sentía… quiso volver a decirlo pero su voz se entrecortaba más a la medida que sus movimientos se hacían más intensos y su respiración más agitada… Mi pene, por excitado que yo estuviese, estaba flácido, blandiéndose con cada embestida pero yo sentía que quería correrme… como nunca antes lo hubiese hecho… El placer estaba en mis manos sintiendo su piel bañada en sudor, el placer estaba entre mis piernas convertida en un sonido seco “plac, plac, plac, plac, plac” con cada penetrada salvaje de ese hermoso macho negro que me estaba poseyendo… el placer ...
    ... estaba en mi boca convertido en un dedo que hurgaba entre mis labios y mi lengua… el placer estaba en mi ano devorando un hermoso pene venoso y negro… Su respiración intensa se convirtió en gemidos de hombre… en fuerza de negro hundiéndome su pinga con ferocidad… en armonía con mis gemidos de hembra, de perra enloquecida… mis ojos dejaron de ver… mis pupilas se habían ocultado hacia arriba… mis ojos blanqueados eran el preámbulo a una inevitable explosión de semen… semen mío sobre mi pecho… semen suyo inundándome por dentro… semen tibio… y de pronto rotundamente él se detuvo… lo hizo como si hubiese concentrado todas sus fuerzas en esa última embestida…y me aprisionó con su cadera y su pene más adentro que antes, como una pitón me aferró con sus brazos… mientras jadeaba ohhh… ah… ah… se estaba corriendo… estaba lanzando chorros de semen dentro de mi… Yo le aferré con los tobillos presionándolo más hacia mi… mientras me palpaba a su espalda. En el espejo del techo, dos hombres exhaustos… aferrados el uno al otro… una hermosa espalda masculina de color negro dominaba la escena… y yo decidí que esa experiencia merecía ser contada. 
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