1. Provocando a los albañiles


    Fecha: 02/06/2020, Categorías: Anal Sexo con Maduras Sexo en Grupo Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    Cuando Víctor y yo nos mudamos a Villa Urquiza, mi oficina quedaba a pocas cuadras y entonces aprovechaba para ir a pie.Una tarde regresaba un poco cansada, vestida con una pollera larga aunque bastante entallada y una blusa blanca. A una cuadra de nuestra casa había un lindo chalet en construcción…Al pasar por allí pude ver unos cuatro albañiles trabajando y ellos también me vieron a mí. Naturalmente silbaron, aullaron como lobos hambrientos y dijeron alguna grosería; pero yo solamente los miré y le dediqué una leve sonrisa; sin alterar para nada mi paso.Al llegar a mi casa, después de darme una ducha relajante, me puse a preparar la cena; pero entonces noté que me faltaban algunas cosas del almacén. Era temprano, así que me vestí con unas apretadas calzas de gimnasia y una remera bien ajustada.Salí a la calle y otra vez me dedicaron algunos gritos, chiflidos y aullidos. Al regresar un rato más tarde, fue todo por tercera vez.Pero ahora uno de los albañiles se acercó y me ofreció ayudarme con las bolsas de compras, que pesaban bastante. Me negué; pero insistió tanto, que al final acepté su ayuda.Caminamos hacia mi casa y el tipo intentó tocarme la cola en un descuido; pero pude esquivarlo. Sonrió con lascivia, diciendo que yo me hacía la interesante. Tenía razón; en el fondo mi calentura me decía que ardía de deseo de que ese bruto me tomara ahí en plena calle, me arrancara las calzas a manotazos y me cogiera a la vista de todo el barrio…Abrí la puerta y tomé las bolsas para ...
    ... dejarlas a un lado. Le agradecí al albañil y me dijo que no era nada. Agregó que por una hembra como yo haría cualquiera cosa. Casi me hizo sonrojar, además de provocarme una cierta humedad en mi entrepierna…Casi como si adivinara mis pensamientos, el hombre estiró una mano y sus dedos se hundieron en mi entrepierna. Seguramente pudo sentir el calor de mi concha, porque sonrió y me dijo que yo era una hembra bien caliente. Por un instante me debatí entre pegarle un cachetazo o dejarlo seguir; pero la expresión de furia en mi cara lo convenció de retirar su mano de ahí abajo.Me encontraba muy excitada y caliente con el atrevimiento de ese hombre. De ese macho que me había provocado esa humedad…Finalmente lo despedí; diciéndole que yo era una mujer casada y que ya él se había atrevido demasiado…Traté de preparar la cena; pero antes de terminar me encerré en el baño y me masturbé furiosamente, mientras pensaba en la mano de ese albañil metida entre mis muslos…Esa noche en la cama Víctor disfrutó de mi calentura como nunca.Un par de días después, salí un poco más tarde para mi oficina y supe que esos hombres ya estarían trabajando. Así que decidí vestirme con algo sexy, para provocarlos un poco. Me puse una pollera tubo bien ajustada a mis caderas, que marcaba demasiado mis curvas y una blusa de seda sin corpiño, lo cual permitía un interesante balanceo de mis redondas tetas. La pollera además tenía un tajo al costado, por donde asomaba mi pierna.Me miré al espejo antes de salir ...
«1234»