1. Él te observa (episodio 4)


    Fecha: 03/06/2020, Categorías: Incesto Autor: juliomarkov, Fuente: CuentoRelatos

    ... voz dulce:
    
    –Vení, papi. ¿Te gusta mi cola? ¿Querés tocarla?
    
    Mi cabeza asintió levemente y la seguí sin emitir palabra, completamente hechizado. Sus palabras me habían provocado una firme erección. Estaba entregado a los designios diabólicos que nos estaban asolando. Entregado a mi pequeña. Entonces ella me llevó hasta el borde de la cama y me desnudó lentamente con sus delicadas manos.
    
    Mientras Irene seguía chupándole la pija a su hijo con ansiedad de puta, Ali me besó en la boca. Fue un beso riquísimo. Casi me derrito ante el contacto con sus dulces labios y su lengua tan suave. Ni siquiera me importó que aún tuviera el gusto de la pija de su hermano.
    
    Luego mi princesa me empujó suavemente y quedé sentado al borde de la cama. Ella volvió su cuerpo para mostrarme su cola y me invitó a probarla. Entonces acerqué mi mano y la toqué tímidamente; era tan dura cómo la había imaginado. Su piel era tersa, brillante, y su curvatura perfecta. Se la llené de besitos, se la mordí, se la lamí a placer. Si eso era el infierno bien valía la pena ser un pecador.
    
    –Bueno, papi, ya está: me vas a gastar la cola –me dijo en algún momento mientras reía y giraba su cuerpo para quedar frente a mí.
    
    Acto seguido, se acostó en la cama boca arriba y me orientó para que me colocara encima de ella. Entonces comencé a besarle sus ricas tetas de rosadas areolas y pezones erectos, no tan grandes como las de su madre, pero totalmente erguidas. ¡Qué chupada de tetas que le ...
    ... di!
    
    Después fui reptando hacia atrás sobre su cuerpo hasta quedar de cara a su apretada conchita. Ésta era hermosa, primorosa. Estaba toda empapada. Lamí sus deliciosos labios y su clítoris. Besé su delicado monte de venus. Mi lengua zigzagueó por esa vulva recogiendo todo el jugo producido por su fogosidad femenil. Ya era yo una serpiente más arrastrándose en aquel nido revuelto e incestuoso.
    
    Estaba completamente perdido saboreando la deliciosa vagina de mi hija cuando sentí las inconfundibles manos de mi esposa acariciándome la espalda. Luego esas mismas manos me acariciaron las nalgas, y me las abrieron. A continuación, sentí algo así como un escupitajo sobre mi ano e inmediatamente un dolor terrible. Miré de reojo y puede ver cómo Daniel embestía sobre mi culo con violencia.
    
    Me estaba penetrando. Me estaba destrozando mi virginal orto con más de veinte centímetros de dura carne. ¡Estaba siendo garchado por mi propio hijo! Lancé un grito desgarrador, pero no pude moverme para impedir ser violado, el pendejo ya me había metido la verga hasta el intestino.
    
    Quizá demasiado pronto, el dolor fue sustituido por algo que se podría confundir con goce. Mi erección se hizo más firme. Entonces Ali me agarró la pija y la introdujo en su concha. Así fue que comencé a coger a mi hija aprovechando los enviones que me daba Daniel durante su bombeo brutal.
    
    Al sentir el vergajo de mi hijo reventándome el ojete y la apretada conchita de mi hija recibiendo a mi excitado miembro, ...