1. Verónica, una lectora que se convierte en uno de mis relatos


    Fecha: 04/06/2020, Categorías: Voyerismo Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos

    ... golpeteando mi glande, pero quería que aquella penetración fuese algo muy especial para Verónica, que tuve que contenerme y esperar el momento apropiado, aunque intuía que Verónica estaba con esa ansiedad de ser penetrada. Me he dado gusto mamando sus pechos, lo cuales los encuentro con esa paradoja de ternura y dureza de la juventud, parecía que se los habían mandado a hacer. Parecían simétricamente perfectos para el cuerpo de Verónica, que simplemente porque conocía su edad no consideré que fueran la obra maestra de algún cirujano plástico. Verónica simplemente gemía mientras le devoraba las tetas y con mis dos manos masajeaba sus glúteos y de vez en cuando mis dedos pasaban sobándole su rico y virginal ano.
    
    Los primeros cuarenta minutos en la habitación del hotel, fueron ese reconocimiento del cuerpo de Verónica, quien a cada beso en su cuello o pezones los decibeles de sus gemidos se elevaba. Llegó el momento que me senté a la orilla de la pileta y donde mi pene quedaba erecto y expuesto a la superficie. Verónica intuía lo que yo deseaba y se ha acercado y primeramente lo toma con sus manos y luego lo lleva en contra y en medio de sus pechos. Juega con mi pene de esta manera hasta que intenta llevarse mi glande a su boca. Sus dientes me lastiman, pues su boca va acuerdo a su cuerpo y mi glande es todo lo que puede absorber. De todas maneras, ver a Verónica con mi verga en su pequeña boca, es una escena que me he jurado debo repetir. Ella ha intentado darme placer, al ...
    ... punto que me pide que me vaya de espaldas sobre la tarima del jacuzzi, la cual imagino ha sido diseñada para estos menesteres, pues creo que los que se encargan en visualizar esta industria, intuyen claramente que a estas habitaciones no solamente se viene a dormir y que más bien se viene a fornicar.
    
    Salimos del jacuzzi y nos secamos el cuerpo. Verónica sigue con su maquillaje intacto, pues en la pileta solamente la mitad de nuestros cuerpos se ha sumergido. Pasamos a la habitación de la suite, la cual es una cama redonda y muy amplia. El espaldar es un espejo cuyo reflejo debe ser muy diáfano, pues se mira que está bien pulido. Verónica se sienta y me mira. Sabe que ha llegado el momento de perder su virginidad. Vuelvo a su cuello y nos acostamos y me he colocandome por sobre de ella. Miro sus ojos que irradian lujuria, ya no siento ese temblar nervioso de la primera hora. Ella ha abierto las piernas pero mi pene erecto y macizo cae por esa zona del Monte Venus y ni tan siquiera amenazo con acercarme. Vuelvo a sus pechos, pues he descubierto que ha de ser una de sus zonas erógenas. Gime profusamente cada vez que le mamo los pezones, cierra los ojos y frunce los labios. Sé que quiere gritarme que me la coja, pero se reserva, pues ella me conoce a través de mis escritos, y sabe que yo hago las cosas a su tiempo. Bajo por su ombligo y poco a poco he ido besando las entradas marcadas y muy sensuales de su pelvis. Parece que su tratamiento para remover sus vellos es de cera, y ...
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