1. Mónica Galán


    Fecha: 05/06/2020, Categorías: Hetero Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos

    La cama del dormitorio del motel de carretera estaba iluminada con luz roja del neón de un puticlub que había enfrente. Encima de una mesita de noche un maletín cerrado con los 100 mil dólares producto del atraco al banco. Sobre la cama estaba Mónica Galán, una joven morena, con media melena negra, con cara de no haber roto un plato y era de las que rompían vajillas enteras. Tenía unas buenas tetas y un culo precioso. Mónica, desnuda, arrodillada y con el culo en pompa, tenía todo el coño de Valentina en su boca, un coño pequeñito, empapado y totalmente rasurado. Su lengua chapoteaba en sus jugos y luego subía, chupaba, mamaba y lamía su clítoris. Detrás de ella, Akanni, un negro de 35 años, todo músculo, que habían cogido en su auto robado cuando hacía autostop, también desnudo, la follaba con una verga descomunal, que al entrar y salir del coño brillaba con el jugo que la cubría... Era el jugo del tremendo orgasmo que Mónica acaba de tener y tras el que Akanni, le siguió dando caña, al tiempo que azotaba sus nalgas con sus grandes manos:
    
    -¡¡Plas. plas, plas...!!
    
    El hijo puta del negro, que era un sádico, sacó la verga del coño y le metió el enorme capullo en el culo. Mónica, chilló:
    
    -¡¡Qué me rompes, maricón!!
    
    Akanni no le hizo ni puto caso. Tenía el culo de Mónica a su disposición, y cogiéndola por las caderas, la siguió clavando, y nalgueando.
    
    Akanni, le preguntó a Mónica:
    
    -¿Quieres mamármela? Debe tener un rico sabor a mierda.
    
    -No, cerdo, prefiero ...
    ... que me sigas rompiendo el culo.
    
    -La mierda de negro sabe a plátano.
    
    -¡Qué la coma tu madre, hijo puta!
    
    El puto negro se la clavó con fuertes arreones, y la nalgueó con más fuerza con sus grandes manoplas.
    
    Valentina, que era una rubia de 20 años, delgada, tetona y con un culito respingón, le dijo al negro:
    
    -Tú no sabes con quien te estás jugando los cuartos, maricón depravado.
    
    Akanni, le respondió:
    
    -Con dos putas blancas. Cuando acabe con ella te voy a romper el culo a ti.
    
    -¡En la selva debías estar, mono!
    
    A Mónica, que ya había sido enculada multitud de veces, le estaba empezando a gustar que el mono la enculara. Lamió el clítoris de Valentina con celeridad.
    
    -No sigas, Mónica, que me vengo -Mónica aún aceleró más las lamidas- que me vengo, que me vengo, que me vengo que me vengo que me vengo. ¡¡¡Me vengo!!!
    
    Valentina se corrió torrencialmente en la boca de Mónica. Akanni le metió tres dedos en el coño a Mónica y la masturbó a toda mecha hasta que el coño de la mujer apretó los dedos y los encharcó con el jugo de su corrida. Akanni, con los ojos en blanco y con la verga clavada hasta el fondo del culo de Mónica, se lo llenó de leche. Mónica, se sacudía y jadeaba como una perra.
    
    Se les iba cortar el rollo al oír una voz que venía de un megáfono.
    
    -Salgan con las manos en alto.
    
    Akanni, corrió la cortina de la ventana de la habitación y vio una docena de autos de la policía de Charleston, con dos agentes apostados tras ellos y con sus armas ...
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