Mónica Galán
Fecha: 05/06/2020,
Categorías:
Hetero
Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos
... desenfundadas, y les preguntó a Mónica y a Valentina, que ya había empuñado sus pistolas.
-¡¿Qué coño habéis hecho?!
Le respondió Valetina, con su Walther P99 en la mano.
-¡Calla, negro de mierda, o te meto la pistola por el culo y te reviento de un tiro!
Mónica, nerviosa, le dijo a Valentina:
-¡Pégale un tiro en los huevos!
-Pégaselo tú. A mí no me rompió el culo.
Mónica apuntó con su pistola a los huevos de Akani. El negro recordó como la tratara y comenzó a mear por él con el miedo. Mónica, le dijo:
-¡Largo antes de que cambie de idea y te vuele los huevos negro cabrón!
Akanni, temblando, abrió la puerta de la habitación, llegó a la puerta de salida del Motel, y salió con las manos en alto y la tremenda verga colgando.
Valentina le preguntó a Mónica:
-¿Nos entregamos o salimos pegando tiros?
-¿Cuánto nos puede caer?
-Depende del juez, pero podían ser un par de años al devolver el dinero... o veinte. Voy a echar de menos tu coño.
-Te sobraría coño en una cárcel de mujeres, coño y polla de los guardias. ¿Qué hacemos?
Lo que hicieron fue entregarse.
Fueron condenadas a cinco años y enviadas a cárceles diferentes.
Ya cayera la noche cuando Mónica llegó a la cárcel. Un guardia la fichó, la fotografió, le tomó las huellas, le dio un uniforme naranja, unas sábanas limpias... Toda esa parafernalia, y después, adrede, la metió en una celda con una reclusa llamada Lidia, que era muy alta y muy fuerte. Al cerrar la celda el guardia, ...
... Lidia, empotró a Mónica contra la pared, le echó una mano al cuello, se lo apretó, le echó la otra mano al coño, y le dijo:
-¿¡Vas a ser mi puta?!
Mónica, con aquella manopla en el cuello, se asustó, y le respondió:
-Sí, no me hagas daño.
El guardia, un negro gordito, sonrió al imaginar lo que iba a pasar, y se fue. Sabía que esa noche habría fiesta.
Lidia le comió la boca a Mónica. Le quitó la parte superior del uniforme. Le comió las tetas. Su lengua se posaba sobre los pezones y con ella le pegaba unas mamadas que hicieron que Mónica se mojase y comenzase a gemir. Lidia, le dijo:
-Me gusta que te guste, zorra.
Lidia le bajó a Mónica la parte de abajo del uniforme, el tanga, los calcetines y los tenis. Se agachó, le dio unas lametadas en el coño, y le preguntó:
-¿Te vas a correr para mí, ramera?
-Síííííí.
-Sí, ama.
-Sí, ama.
-¡Dilo en alto, que te oigan todas mis amigas!
-¡¡Sí, me voy a correr para usted, ama!!
De una de las celdas del módulo, se oyó la voz de otra reclusa:
-¡¡Hazla chillar de gusto, Lidia!! ¡¡Quiero hacerme una paja!!
Se oyó la voz de otra reclusa:
-Eso, y hablad en alto que yo también quiero pajearme.
Lidia iba a complacerlas.
.¡Desnúdame, nena mala!
-¡Sí, ama, la desnudaré!
Mónica, desnudó a Lidia... Tenía unas tetazas y una gran mata de pelo negro en el coño. Tenía tatuajes en cuello, en la espalda, en el culo, en las tetas, en el vientre... tenía tatuajes hasta en la orejas.
-¡Cómeme las ...