1. El diario de papá 2: Miedo y deseo


    Fecha: 12/06/2020, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... no verme al hacer esa pregunta. - ¿Por qué crees eso? - - Cuando desperté creí que ibas a ponerte encima de mí, pero no lo hiciste, y luego pensé que me seguirías al baño. Consideré el decirle cuanto me gustaba, pero en lugar de palabras opté por algo más directo. Tomé su mano y la bajé hasta mi verga que oprimía mis calzones. Ella palpó el miembro y soltó una risita. - Claro que me gustas, mira como me tienes de solo verte desnuda. Pero quiero estar seguro de que tú quieres esto. No tienes que… - No pude seguir hablando pues ella me dio un beso profundo y largo, su diminuta lengua entró en mi boca explorando y jugando mientras mordisqueaba mi labio inferior. Al terminar el beso, bajó su mano izquierda a su sexo, dio un respingo y su mano subió con dos dedos brillantes. Pasó los dedos entre mi nariz y boca para que sintiera por primera vez ese dulce aroma de niña. Luego puso ambos dedos en su boca y después en la mía, de forma que saliva y flujo vaginal me fueron dados juntos. Al mismo tiempo ella apretó con fuerza mi verga que no había soltado. Resoplé por lo excitado y sentí como el orgasmo se abalanzaba desde mi oscuro interior. Imagino que ella sintió las palpitaciones de mi miembro y con destreza y en menos de un segundo sacó mi pene de los calzones y lo metió en su boca. Se puso en cunclillas y empezó a succionar mi pene con mucha fuerza, como jamás nadie lo había hecho, o así los sentí. Me acosté para disfrutar más y ella aprovechó para engullirlo todo, por instinto ...
    ... arqueé la espalda para empujar aún más y ella metió un brazo bajo de mí y con la otra mano me sujetó las bolas. No duré mucho, casi nada, exploté y ella hábilmente recibió todo mi semen sin desperdiciar una gota. Cerré los ojos y dejé que mi cuerpo sintiera esa oleada de placer. Cuando recuperé el aliento y abrí los ojos, la vi a ella, a Laura, sonriendo. Abrió la boca para que viera mi semilla blanca y reluciente en su rosada lengua. Jugó con ella, se cercioró que la viera bien y con un cómico sonido se la tragó. - Tenías tus huevitos repletos, te debían de estar doliendo mucho, estabas super necesitado de vaciarlos. No te aguantes, podría hacerte daño. Después de desayunar haré que te corras otra vez. – Dijo eso y salió de mi vista. Yo seguía exhausto, me palpitaba mi próstata intensamente. La mayoría de las veces uno tiene un orgasmo y deja que las cosas salgan, pero este fue de esos en los que intentas exprimirte a fondo. El no entender es lo que provoca miedo, al ver que la deseaba el mundo cobró sentido para ella, y pudo liberarse de su angustia. Al parecer su papá le había dicho esa idiotez de que a los hombres se nos hinchan y duelen los huevos sino descargamos nuestro semen. Le dices a tu hija que duele, que te ayude, que sea buena. “Que cabrón el muy hijo de puta” pensé. Esa era la manipulación más simple para convencer a un niño para que te deje saciar tu lujuria en él. Ellos son héroes que te salvan, y tú los amas más por eso. ¡Qué puto asco! Al final es una mentira ...