El diario de papá 2: Miedo y deseo
Fecha: 12/06/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... muy simple y cuando se descubre, tú no sufrías y su sacrificio no valió una mierda, ya que tu solo les mentiste para usarlos. Nunca los amaste, solo fingías para gozar al usar su cuerpo. Eso es abusar de un inocente, ni siquiera la violación es peor, por lo menos en un ataque ellos se saben agredidos y pueden defenderse, saben que son la víctima, saben que tú eres el malo, pero cuando les pides que te salven del dolor con su amor y sacrificio, es una vil mentira y un puto asco. Ya sé que mi indignación pierde sentido considerando dónde acababa de eyacular y las cosas que hacía con mi hija desde hace años, pero por lo menos yo nunca le mentí sobre que la deseaba, que la amaba. Salí de un salto de la cama cuando escuché como caían cosas y un sonoro “Carajo” proveniente de la cocina. - No hay comida en esta casa – me gritó Laura al entrar a la cocina. Ella seguía desnuda. – hay zucaritas pero no leche, hay aceite pero no huevos, y en el refri solo hay cervezas y tres cebollas – - Desde que me quedé solo no me he preocupado de hacer las compras – - ¿Y qué comes? - Sinceramente no sé - Ella infló sus mejillas y yo alcé los hombros en un ademán de inutilidad – Oye ¿No te vas a vestir? - ¿No te gusta lo que ves? – Respondió enseñándome su suave culito – Ya veo que si te gusta. – Dijo mientras veía mi renovada erección - La verdad me gusta andar desnuda o casi desnuda por la casa, sobretodo en estos días que no hace frio. Y creo que te ayudará a disfrutar de… – Se tragó la última ...
... palabra de esa oración. - Como no hay que comer vamos a desayunar y de ahí a hacer las compras, también necesitas más ropa. Así que tendrás que vestirte. - Pero antes tenemos que aliviar esto – Dijo mientras pegaba su estómago a mi erección. - No me duele – Dije con desinterés - Ya sé, pero me gusta, me gusta cuando lo provoco. Mi mamá no podía hacer que se le parara a papá sin importar lo que hiciera, y lo intentó de todo. Pero al verme se le ponía dura y caliente. Solo necesitaba verme, a veces ni eso, le bastaba saber que llegaría pronto, cuando regresaba de la escuela ya estaba con su pito enorme sentado en el sillón. Yo no me quitaba el uniforme, me arrodillaba y lo mamaba. Eran mis erecciones, mías, yo las hice, como esta. como esta. Ella ya había metido su mano y sacado mi verga y me masturbaba con ritmo. Alzó mi playera y mordió mi pezón, de forma intermitente una y otra vez. Succionaba y mordía. Yo jadeaba y sentía como me fallaban las piernas. -Dámelo, suéltalo todo – Yo descargué en su mano, en su brazo y su vientre. Tuve que sujetarme de una silla para no caer. Ella sonreía mientras lamía mi esperma. Se arrodilló y limpió con su boca a conciencia mi pene que ya estaba reblandecido. - Esta noche quiero que me cojas, por adelante y por atrás, quiero ser tuya por completo, ahora eres mi papi y yo tu hija – - Así es hijita. En la noche te haré mía – - Bueno, pues vamos a bañarnos y de compras - Fin Nota del autor. gracias por los comentarios a la primera parte y por ...