1. Cartas homoeróticas (IV): De Janpaul a Mikel


    Fecha: 13/06/2020, Categorías: No Consentido Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    Mi querido Mikel,
    
    Gran alegría me da recibir tus cartas, me hacen sentir como si estuvieras a mi lado. Y mi vida va cambiando gracias primero a la esperanza que tenía contigo y ahora tus cartas me animan y me aseguran que un día estaremos permanentemente juntos. Ahora bien, te lo vuelvo a decir, el verano próximo de España, durante las vacaciones de Fiestas Patrias te quiero ver aquí, te invito, sé que mamá Georgina desea que vengas, mis padres que vieron mi corazón desgarrado cuando tuve que separarme de ti también lo desean, así que solo falta que lo desees tú, hagas tu maleta, mejor no hagas maleta, vienes con un pantalón y una camiseta y zapatillas, todo puesto, lo demás está aquí, solo necesitas una pequeña mochila para condones, lubricante, o algún juguete que tengas, aunque aquí hay de todo eso. Tú y yo somos inseparables, mira la imagen que te mando, aunque es un montaje que he hecho, somos tú y yo unidos por esas esposas que me regalaste una navidad.
    
    Ahora quiero recordar algunos de esos momentos que pasamos buenos de verdad en Lima. ¿Te acuerdas de aquel sauna que había en san Isidro?, no me acuerdo cómo se llama, allí íbamos algunas veces, pero entonces estábamos medio en la luna y nos conformábamos con vernos desnudos en las duchas y en el spa, siempre llevábamos toalla en las saunas, tanto húmeda como seca por si entraba alguien, pero cuando estábamos solos, bien que nos poníamos juntos y metíamos mano por debajo de la toalla. También tenía su morbo, eso ...
    ... de no ver y tocar y el temor de que entrara alguien y nos sorprendiera. Fuimos varias veces hasta que nos pareció insuficiente porque teníamos más libertad en nuestra propia casa.
    
    Fue entonces cuando descubrimos que cerca del aeropuerto había un sauna muy especial que lo contratábamos por tres horas, claro que ese tiempo nos daba para hacer muchas guarradas. Primero, que podíamos estar desnudos del todo porque teníamos habitación con cama de descanso y sauna. Ahí encontramos mucha libertad. Llegábamos nos desnudábamos y de inmediato a mirarse y meter mano a nuestras pollas y agarrados de las nalgas nos metíamos al sauna. En media hora ya teníamos demasiado sauna y sudábamos considerablemente, pero ¡cómo nos gustaba abrazarnos húmedos de nuestro sudor!
    
    Luego, la larga ducha para tocarnos, meter dedos con gel o lubricante, secarnos y meternos a la cama para follar, que era lo que más nos interesaba, porque tampoco había más cosas con qué entretenerse. Tú iniciabas siempre con besos. ¿Te acuerdas que discutimos una vez sobre quien de los dos era más maricón y acordamos que yo era el más más de los dos? Pero a la hora de la verdad, tú iniciabas con besos en mi pene, en mis ingles, en mis nalgas, en mi hoyito divinal, en mi boca, y ¡cómo me gustaba tu saliva! ¿Por qué será que de la persona que amas te gusta todo, la saliva, la orina, el semen y la mierda?
    
    ¡Cuántas veces nos besábamos y lamíamos nuestros hoyitos que apestaban a mierda hasta que aprendimos a lavarnos el ano ...
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