Una historia de amor filial
Fecha: 16/06/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: barquidas, Fuente: RelatosEróticos
... asiento era el “monumento” sentado junto a Daniel quien se esforzaba con él.
Al momento el “latin-lover” pidió permiso a Daniel para bailar con su madre, pues como madre e hijo el señor Puigvert los presentó al Humberto, petición que Daniel no pudo rechazar, pues, ¿a cuento de qué él, su hijo, limitaba la libertad de su madre para bailar?. Le lanzó una mirada inquisitiva, como preguntándole si le apetecía bailar con el tipo, a lo que Elena respondió levantándose a toda prisa para bailar con aquel otro “monumento”, de hombre esta vez, no de mujer.
La pareja, tomados de la mano, se encaminó a la pista y allí se enlazaron comenzando a bailar. El Humberto se movía cual los de su tierra suelen hacerlo, con gracia, con sensualidad, esa garra que apasiona a las mujeres y Elena no le iba tan a la zaga, contoneándose al bailar, moviendo las caderas y lo que no eran las caderas con sensualidad suma, de esa que hace que el pantalón de un monje anacoreta se expanda hacia adelante en “tienda de Campaña”. La música, de ritmo bien movido que invitaba a lucirse el bailante, se trocó en melodía más suave, menos movida, pero cargada de toda la sensualidad de aquellas ardientes tierras, y los cuerpos de Humberto y Elena se empezaron a unir hasta quedar ambos fuertemente enlazados, con Humberto abrazando a Elena por la cintura y ella al hombre por el cuello, pechos y caras muy juntos y misteriosos cuchicheos al oído entre ambos.
Daniel estaba enfermo. Enfermo de rabia, enfermo de celos, enfermo de furia destructora, sin perder ni un segundo de vista a los dos bailarines y recomiéndose por dentro ante el espectáculo que estaba viendo. El viejo odio hacia Elena resurgió con fuerza, con muchísima fuerza agarrándose a su garganta hasta asfixiarle casi.
En ese momento el señor Puigvert y los dos “monumentos” se empeñan en que salgamos nosotros también a la pista; Daniel cedió y los cuatro salieron a la pista de baile. Entonces Daniel perdió de vista a Elena y al Humberto.