Se equivocó de timbre
Fecha: 17/06/2020,
Categorías:
Hetero
Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos
Aunque ya estoy viviendo de manera definitiva desde hace poco más de tres años en la casa que tengo junto al mar, he querido, aprovechando que hoy es domingo, arreglar la casa de la ciudad poniendo en orden algunas cosas, pues habiendo comenzado el verano, van a venir algunos amigos y familiares a pasar algunos días conmigo, pero no caben todos en la casa de la playa, así que los acomodaré en la vivienda de la ciudad, al menos para pasar las noches y realizar visitas turísticas.
Los domingos se llena la playa de gente, incluso mi playa nudista se llena de machos, hembras, mirones y textiles. Los demás días de la semana hay cierta tranquilidad, aunque no del todo, pero los domingos son endiablados. Es por eso que aproveché este día para preparar el acomodo para los más mayores, los primos de mi padre que son muy buena gente y los considero mis tíos muy queridos. Ellos solo vienen un par de días a la playa, les gusta más ir a visitar conocidos, realizar ciertas compras y ver edificios antiguos, como ellos dicen. A los más jóvenes los acomodo en la playa porque ellos prefieren sol, mar, culos, pollas y todo lo que acontece en una playa nudista.
He comenzado a las 9:00, temprano y, aunque he conectado el aire acondicionado en algunas habitaciones, me he desnudado para realizar ciertos trabajos que siempre me hacen sudar. La verdad es que en casa siempre voy desnudo porque soy nudista por convicción y deseo, además que me encontraba solo supervisando cada habitación, armario ...
... ropero, sala, revisando la cocina, los aseos y baños, para que todo esté en perfecto estado y listo para su funcionamiento. Estas cosas me gusta hacerlas solo para no recibir consejos. Cada año renuevo algún colchón o colcha o sábanas y tomo nota para encargarlo al centro comercial y que lo traigan.
Estaba por acabar, solo me faltaba la cocina, y escucho el timbre de la puerta. Acudo al visor y vislumbro a un tipo que desconozco: como el visor es en blanco y negro no distingo bien y no hago caso, regreso a la cocina. Vuelven a llamar al timbre y por si es otro, me asomo de nuevo al visor. Era el mismo tipo, sigo sin hacer caso. Regreso a la cocina y comienzo a comprobar los fuegos, todo funciona y de repente escucho el timbre de la puerta, no ya el de la calle, sino el de la puerta mismo del sexto piso que es donde tengo la vivienda. Ahora me asomo por la mirilla y me encuentro con un tío alto, largo, me parecía el mismo, pero no con certeza. Dudé si abrir, pero siempre pienso que alguien puede tener una emergencia. Entreabro la puerta y pregunto asomando solo la cabeza:
— ¿Desea algo?
— ¿Señor Iniesta?
— No, se ha equivocado, ese señor vive en el 5º, justo abajo, misma puerta.
— Gracias.
— No hay de qué.
Regreso a mi cocina, compruebo el frigorífico y estaba comprobando el estado del equipo de cocina, ollas, licuadoras, menaje de cocina en general, etc., y escucho de nuevo el timbre. Me vuelvo a asomar por la mirilla, el mismo tipo.
— Disculpa, mira, ...