Prisionera múltiple (Episodio 1)
Fecha: 18/06/2020,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Sindrome33, Fuente: SexoSinTabues
... oscuros y arrugados testículos de aquél guarda dotado. Su lengua acariciaba en el interior de la boca toda la extensión de las venas, rozando y presionando con distintas oleadas que facilitaban el movimiento casi mecánico de su cuerpo. Con sus pequeñas manos realizaba distintos movimientos, exploraba la zona pélvica del chaval, rozaba una y otra vez sus huevos, exentos de cualquier resto de vello, limpios y ahora brillantes debido a las sensuales babas de aquella desbocada joven. El movimiento se aligeró y Ángeles controlaba ahora por completo la situación, miraba con deseo y lujuria a Ramiro, cuya cabeza oscilaba de vez en cuando mirando al techo y soltando pequeños suspiros de complaciencia. Ella sonreía con aquél pedazo de carne ocupando por completo su cavidad bucal. Ella sabía que por un instante tenía el control de aquél hombre y disfrutaba a la vez del hecho de poder probar semejantes manjares. Aceleraba su movimiento y su mano derecha había regresado ahora a la base de aquella brillante y oscura polla, para ayudar a frotar su superficie de manera cada vez más rápida y lograr su único objetivo: hacer llegar al guarda al culmen de su propio éxtasis. Pasaron cinco minutos en aquella tesitura, Ramiro permanecía de pie, tambaleándose cada poco, mientras ella cómodamente sentada en la cama proseguía con aquél movimiento casi automático. De vez en cuando sacaba aquél miembro de su boca para masturbarlo rápidamente con sus diminutas manos o incluso golpear su rostro con ...
... rabia, pero con una electrizante carga de lujuria. - Vamos Ramiro. dame tu leche joder, ¡quiero tu leche! - le empezó a pedir de manera sumisa, implorándole con la mayor cara de vicio posible. - Métetela hasta el fondo, zorrita. quiero. llenar. tu garganta de zorrita - le ordenó entrecortado el guarda a la chica, que contempló las palabras como todo un reto y procedió a agarrar de la base aquél mástil que ahora lucía hinchado, apretado al máximo, desafiante y amenazador. De pronto empezó a meter poco a poco toda la longitud de la barra oscura de Ramiro en su boca. Soltó la base para dejar que aquellos 4 o 5 centímetros ocupados por sus finos dedos acabaran de ser absorbidos por aquellos labios que se engullían centímetro a centímetro aquella herramienta color café. Su boca llegó a la base que unía el pene con el resto del cuerpo, su garganta le pedía que dejara de continuar, que tirase hacia atrás. Pero su parte más perversa y lujuriosa le pedía que mirase hacia arriba para demostrar a Ramiro que era buena achacando órdenes, que estaba dispuesta a seguir al pie de la letra lo que la mente del pervertido guarda quisiera. Se mantuvo unos segundos y de repente, instintivamente, se inclinó hacia atrás para dejar ir en décimas de segundo toda aquella monstruosidad hacia el exterior de su boca. - Ya me vengo, ya. me. - acertaba a gritar entrecortado el guarda, sumido en una oleada de placer inmediato. Ella agarró rápidamente de nuevo la polla por el tronco, a sabiendas de lo que a ...