1. Prisionera múltiple (Episodio 1)


    Fecha: 18/06/2020, Categorías: Infidelidad Autor: Sindrome33, Fuente: SexoSinTabues

    ... turno de mañana. La vuelta de Ángeles se alargó más de lo normal y una fugaz llamada a primera hora de la mañana confirmó su arresto. A partir de ahí calabozo, abogados, juicio y prisión. La fianza era imposible de asimilar para una pareja modesta como ellos y la sentencia era de 8 meses por tenencia y posible tráfico de drogas. Y ahora, varios meses después, Luis se encontraría de nuevo con su querida Ángeles. Sería la tercera visita que le hacía. Apenas la dejaban recibir visitas y debía repartirlas con las de sus padres, sus hermanos y, por último, con él. Por ello las visitas a Ángeles se convertían en todo un evento para él e iba preparado para que la visita supusiera todo un esperado y añorado encuentro, repleto de amor, de cariño y de bonitas palabras hacia su chica. Se afeitaba al milímetro, se rociaba con la mejor de sus colonias y lucía el más elegante de sus trajes. Se abrió la puerta doble que había al otro lado de la sala y de allí salió Ángeles, ataviada con aquél mono de presidiaria de color ocre con grandes números bordados en el pecho y unas negras botas de goma, sin cordones. Iba con otro guarda de seguridad que sujetaba fuertemente su brazo y su mirada se iluminó al ver a Luis sentado en aquella mesa. Ángeles era una chica morena, de tez más bien oscura y con unos enormes y llamativos ojos verdes. Sus labios carnosos esbozaban una gigantesca sonrisa y, a escasos centímetros de la boca, se distinguía una gran peca que era la diana de todas las miradas. Su ...
    ... pelo rizado se alargaba hasta casi tocar sus hombros y denotaba el origen de su familia puertoriqueña, aunque ella había nacido ya aquí. - ¡Luisi, mi amor! - gritó, suelta ya del brazo del guardia, que la dejó ir a los brazos de su amado Luis. - ¡Peque! ¡Mi peque! Se fundieron en un estrechísimo abrazo, convirtiéndose en uno solo, sintiendo su cuerpo, sus brazos, sus cuellos, sus respiraciones interrumpidas por los sollozos de las lágrimas que ambos soltaban en aquél momento. La mano de ella se escondía en la nuca de él y, de la misma manera, la mano de él se sumergía en aquella maraña de pelo rizado totalmente negro. - Ven. mi peque ven. sentémonos aquí y hablemos, no vayamos a liar demasiado escándalo - le dijo él al oido, advertido por las intimidantes miradas de los guardias. - ¿Por estos? No te preocupes mi amor, ellos están acostumbrados. Se sentaron junto a la mesa con las manos entrelazadas e inseparables. Ella todavía temblaba de la emoción, no paraba de sonreír y él de secarle las lágrimas que corrían por su tersa piel facial. - ¿Cómo estás peque?¿Qué tal ha ido esta semana?¿Te dejaron visitar la biblioteca? - le preguntó Luis a su amada presidiaria. - Es. estoy bien mi Luisi, tengo un poco de hambre y muchísimas ganas de salir de aquí, pero sí, me dejaron visitar la biblioteca y hace unos días empecé en el taller de encuadernación - le explicó la chica, con la respiración alterada. - ¡Anda! Suena bien, encuadernación. ¡al final resultará que los libros son lo tuyo! - ...
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