Desde el principio, inolvidable
Fecha: 03/10/2017,
Categorías:
Anal
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... porque no podrás, voy cien pasos por delante y veo cosas en ti que los demás no ven guapa y perdona la muletilla española, aún no logro evitar esa exclamación cuando veo una mujer tan encantadora y hermosa como tú-
-Eres inocente y muy transparente Fabiola, tus emociones y sensaciones te delatan, saltan a primera vista, sin duda tienes mucho que aprender, conocer y explorar-, eres muy inteligente, pero hay un dicho popular que dice “la curiosidad mató al gato” y todo lo que te he contado sobre mis gustos te produce curiosidad y mucho morbo-.
Realmente estaba perpleja.
-Es más, desde que entraste por esa puerta estoy deseando quitarte a mordiscos ese hermoso vestido negro que llevas puesto, como también, saborear y disfrutar de esos labios tan rojos como cerezas-, mi mira fijamente y me desnuda con la mirada -entre otras muchas cosas más-,terminó por decir.
Me quedé muda y atónita, jamás en la vida un hombre me había hablado de esa manera, tan directa, certera y ruda, con tanta determinación, pero unas gotas de humedad en mi vagina me empezaron a traicionar.
Vuelve a clavar sus ojos verdes en los míos y me dice sonriente:
-Sé que te estás humedeciendo, como también sé que te estás calentando al escucharme hablar, puedo leer perfectamente todas las señales que emite tu cuerpo, tu mejor que nadie, en vista de tu profesión, debieras conocer el lenguaje corporal, pero tranquila, no voy a dar ni un paso sin que sepas donde te estas metiendo-.
-Guapa, tu cuerpo ...
... habla y mucho-
Traté de enfriar las cosas restándole importancia a la evidencia de los hechos.
-Perdóname Andrés, está bien, es verdad que me calientas, pero ¿tener una noche de sexo contigo me obliga a algo?- le digo retándolo con la mirada.
Se largó a reír con esa maldita sonrisa que me derretía.
-Vale- me dice –eres dura y más provocadora de lo que parecías, pues bien, se inicia el juego, coge tu chaqueta y tus cosas, nos vamos.-
No sé por qué motivo obedecí esa orden, ni sé por qué motivo me subí a su auto, iba como hipnotizada, solo me dejé llevar por sus instrucciones sin detenerme a pensar ni por un instante, que no conocía de nada a ese tipo.
Estaciono su auto en el parking de un motel cercano y sin mediar palabra empezó a besarme, primero el cuello y después me mordió los labios. Sus manos no tardaron en meterse debajo de mi vestido y de un solo golpe dejo al descubierto mis pechos.
Con la destreza de un maestro deslizó sus manos por mi espalda y desabrochó el sostén.
Podía ver el deseo en sus ojos que me hacían sentir más hermosa que nunca. Empezó a lamer mis pezones y a dar pequeños mordiscos en ellos, lo único que podía hacer en ese momento era gemir.
Se acercó a mi oído y susurró
-Ahora tal y como estás vamos a subir a la habitación y te voy a culear bien culeada- . --No quiero que te tapes, quiero que vayas mostrando tus preciosos pechos-
Lo miré horrorizada ante tal petición, pero antes de que pudiera reclamar o decir algo, mete ...