Desde el principio, inolvidable
Fecha: 03/10/2017,
Categorías:
Anal
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... su mano en mi entrepierna y sobre el calzón toca mi vagina presionándola levemente con sus dedos.
-Ummmm, que caliente y húmeda estás guapa, creo que esta noche no la vas a olvidar tan fácilmente- me dice
Tal y como me lo había pedido fui con mis pechos desnudos paseando por todo el estacionamiento, debo reconocer que el miedo a ser vista solo aportaba más morbo a la situación, una extraña excitación me invadía por completo, la noche estaba aún sin comenzar y ya mis hormonas estaban revueltas a punto de explotar.
Durante el trayecto me mordisqueaba los pezones y sus manos me recorrían entera, solo gemía borracha de placer, me sentía caliente, extrañamente libre y deseada.
Una vez en la habitación no hubo más contemplaciones, terminó de sacarme el vestido, me arrancó el calzón y apoyó mi cuerpo contra la pared. Estaba completamente desnuda solo con mis zapatos de tacón puestos.
Intenté darme la vuelta para ver qué hacía pero me resultó imposible
– si no te quedas tranquila guapa, te voy a tener que atar, se buena por esta vez, empecemos bien -me dijo susurrándome al oído
Noté como su lengua recorría mi espalda y dejé de forcejear, siguió bajando hasta llegar a mi trasero, de forma instantánea e instintiva cerré mis glúteos, estaba muy caliente pero me incomodaba lo que estaba intentando hacer.
Siguió bajando, besando y lamiendo mis muslos cuando noté de pronto como uno de sus dedos se introducía en mi vagina. Grité.
-Uffff, estás muy húmeda, ...
... bastante cerrada y totalmente depilada, pareces una adolecente virgen, no sé si me voy a poder contener mucho rato contigo- estás deliciosa guapa –
Empezó a mover suavemente su dedo en mi vagina y una explosión de sensaciones estalló en mi piel, todos mis vellos se pararon, me sentía como un erizo.
Metió otro dedo dentro de mí y en pocos segundos mis piernas empezaron a temblar empapándose de fluidos, estaba tan mojada que sentía mucha vergüenza por el estado en que me encontraba.
Sus dedos se movían con la fluidez de un experto que me llevó rápidamente a un intenso orgasmo. Un rio torrentoso de flujo salió disparado de mi vagina empapándolo todo, jamás en mi vida me había pasado algo parecido y más aún, nunca había tenido una experiencia similar.
Me acosté sobre la cama recuperándome del orgasmo, Andrés se recostó a mí lado donde pude apreciar su cuerpo totalmente desnudo bastante bien cuidado para sus años, que no eran muchos, pero tampoco eran pocos y mi vista se dirigió a su pene erecto, tieso y duro como piedra, el me sorprendió mirándolo y me dijo:
-Es tuyo, móntalo-
No lo dudé ni por un instante ya sin pudor ni recato, me levanté y me monté, coloque mi vagina sobre su pene y este empezó a entrar lentamente, controlaba la profundidad ya que me dolía cada vez que avanzaba, sentía como me iba desgarrando, era muy grueso y grande para una mujer pequeña y menuda como yo, hasta que finalmente llego hasta el fondo hundiéndose en mi útero, me llenaba entera, ya no ...